En respuesta a informes de que China había solicitado a Estados Unidos respetar la soberanía de Pakistán a raíz de la operación contra Bin Laden, el portavoz de la cancillería china, Jiang Yu, utilizó la rueda de prensa del 19 de mayo para expresar la categórica demanda de Beijing de que la soberanía "y la integridad territorial de Pakistán deben ser respetados." De acuerdo con fuentes diplomáticas paquistaníes citadas por el Times of India, China, "advirtió en términos inequívocos que cualquier ataque a Pakistán sería interpretado como un ataque a China." Este ultimátum fue emitido por informes del 9 de mayo respecto al diálogo estratégico entre China y Estados Unidos el diálogo y las negociaciones económicas en Washington, donde delegación china fue encabezada por el viceprimer ministro Wang Qishan y el consejero de Estado Dai Bingguo. [1] Las advertencias chinas están respaldada implícitamente por los misiles nucleares de esa nación, incluyendo un estimado de 66 misiles balísticos intercontinentales, algunos capaces de alcanzar los Estados Unidos, además de 118 misiles de alcance intermedio, de 36 misiles lanzados desde submarinos, y numerosos sistemas de menor alcance.
El apoyo de China es visto por los observadores regionales como de importancia crítica para Pakistán, que de otra forma estaría atrapado en una pinza entre Estados Unidos y la India: "Si las presiones de Estados Unidos y la India continúan, Pakistán puede decir que 'China está detrás de nosotros. No creo que estemos aislados, tenemos una superpotencia potencial con nosotros'", dijo a AFP, Talat Masood, un analista político y general paquistaní retirado. [2]
El ultimátum chino se produjo durante la visita del primer ministro paquistaní Gilani, en Beijing, durante la cual el gobierno anfitrión anunció la transferencia de 50 jets de combate modernos JF-17 a Pakistán, de forma inmediata y sin costo. [3] Antes de su partida, Gilani había subrayado la importancia de la alianza de Pakistán y China, declarando: "Estamos orgullosos de tener a China como nuestro amigo de confianza y el mejor de los mejores. Y China siempre estará de pie junto a Pakistán en todo momento.... Cuando decimos que esta amistad es más alta que el Himalaya y más profunda que los océanos realmente se entiende la esencia de nuestra relación." [4] Estos comentarios fueron recibidos por el lloriqueo de portavoces estadounidenses, incluyendo el senador republicano Risch de Idaho.
La crisis estratégica latente entre Estados Unidos y Pakistán estalló con toda su fuerza el 1 de mayo, con la incursión de comandos estadounidenses no autorizada y unilateral que presuntamente mató al fantasmagórico Osama Bin Laden en un complejo en Abottabad, una violación flagrante a la soberanía nacional de Pakistán. El compás de esta maniobra militar diseñada para inflamar las tensiones entre los dos países no tenía nada que ver con alguna supuesta guerra global contra el terrorismo, y mucho que ver con la visita a finales de marzo a Pakistán del príncipe Bandar, jefe del Consejo de Seguridad Nacional de Arabia Saudita. Esta visita dio lugar a una alianza de facto entre Islamabad y Riad, con Pakistán prometiendo tropas para acabar con cualquier copia de las revoluciones de color estadounidenses en el reino, además de ampliar la protección nuclear a los saudíes, lo que los hace menos vulnerables a las amenazas de extorsión estadounidense de abandonar la rica monarquía petrolera a merced de Teherán. Una movida conjunta entre Pakistán y Arabia Saudita para salir del imperio estadounidense, sin importar lo que uno pueda pensar de estos regímenes, representaría un golpe fatal hacia la desaparición del imperio estadounidense en el sur de Asia.
En cuanto a las declaraciones estadounidenses relativas a la supuesta incursión contra Bin Laden, el 1 de mayo, son una masa de contradicciones sin esperanza que cambian día a día. Es mejor dejarles un análisis de esta historia a los críticos literarios y escritores de críticas teatrales. El único hecho sólido e incontestable que surge es que Pakistán es el principal objetivo de Estados Unidos – intensificando entonces la política estadounidense anti-pakistaní que ha estado en vigor desde el famoso discurso de Obama de diciembre de 2009 en West Point.ç
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