Los cielos de Gijón volvieron a acoger ayer la tradicional exhibición aérea que se celebra cada verano, y que este año cumple un siglo de su primera cita. La Patrulla Aspa y el Harrier trataron de hacer olvidar al Eurofighter que no pudo repetir este año por motivos presupuestarios.
En los últimos años, la cita ha conseguido alzarse como uno de los festivales aéreos más multitudinarios de Europa, con una media de 50.000 espectadores, y muy popular entre los ‘spotters’ –como se denomina a los fotógrafos especializados en captar aeronaves-.
A las 12 de la mañana, con puntualidad estricta, los helicópteros de rescate del cuerpo de bomberos del Principado de Asturias entraban en la playa de San Lorenzo de Gijóndando comienzo a la exhibición.
Tras simular varias operaciones de rescate, un avión contraincendios Candair entró en escena cargando su bodega de agua marina y descargándola posteriormente. Tras ellos, llegó el turno de los aviones acrobáticos, dirigidos por pilotos civiles, que realizaron todo tipo de piruetas sobre el cielo gijonés.
El piloto italiano Luca Salvadori, la portuguesa Diana Gomes –una de las más jóvenes del mundo, con 20 años- y los españoles Ramón Alonso y Jorge Macías fueron los encargados de las piruetas.
Un Harrier y la Patrulla Aspa
Las aeronaves del Ejército del Aire fueron, como todos los años, las más ovacionadas por el público. La Patrulla Aspa realizó su exhibición –más larga que en otras ocasiones, según los aficionados locales- y tiñó el cielo con su humo rojo y amarillo –sin duda, el momento clave de la cita-.
Los helicópteros de la Aspa desaparecieron de la bahía gijonesa ejecutando una maniobra de apertura en abanico. Instantes después comenzó a intuirse el atronador sonido de los motores del caza AV-8B Harrier, el más esperado por los aficionados.
El avión apareció por la parte izquierda de la bahía, sobrevolando el Elogio del Horizonte de Eduardo Chillida. El avión de despegue vertical de la Armada –España posee 15 unidades- realizó varias pasadas a gran velocidad, y terminó nivelándose a poca distancia del mar. La potencia de sus motores vaporizó el agua, levantando una neblina que sorprendió a los espectadores.
Finalmente, la Patrulla Acrobática de Paracaidistas del Ejército del Aire (PAPEA) puso fin al festival lanzándose sobre el arenal con una bandera de España de gran tamaño.
Falto el Eurofighter y los Águila
Lo que más echaron en falta los espectadores de esta edición fue el caza Eurofighter , que años atrás había sido la principal atracción del festival. Según aseguran a El Confidencial Digital fuentes del nuevo gobierno local –de Foro Asturias-, el coste que debía asumir el consistorio para traer a la ‘joya’ de la aviación militar española era “desorbitado” y se optó por “una solución más equilibrada” como la del Harrier –aunque también se barajó inicialmente la presencia de un F-18-.
El duro ajuste presupuestario también imposibilitó la presencia de los aviones de la Patrulla Águila.
Vea a continuación imágenes del Festival Aéreo de Gijón ((Fotografías por Daniel González Canal)):
La avioneta acrobática de la joven Diana Gomes en plena pirueta.
Uno de los helicópteros de la Patrulla Águila.
La Patrulla Ágila realizando un ejercicio acrobático.
Entrada del Harrier en la Playa de San Lorenzo, con el Elogio al Horizonte al fondo.
El Harrier se acercó tanto al agua que levantó una neblina de vapor.
Integrantes de la Patrulla Águila a su llegada al arenal gijonés.
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