Los partidos políticos de Pakistán cerraron ayer filas en torno a su Ejército mediante una conferencia nacional que rechazó las recientes acusaciones de EE UU de que el aparato de seguridad y los servicios secretos (ISI) dan cobertura a terroristas.
En el texto se añade que «Pakistán debe continuar promoviendo estabilidad a nivel regional y global» e impulsar «un diálogo» para alcanzar «la paz» en el conflictivo cinturón tribal fronterizo con Afganistán, donde buscan cobijo numerosas facciones talibanas.
Washington ha estado presionando sin éxito en los últimos años a Pakistán para que lanzara una operación militar en esta zona tribal, en la que se han concentrado gran parte de los frecuentes ataques con misiles de sus aviones no tripulados.
La reunión llega en un momento muy tenso en las relaciones entre Islamabad y Washington. El jefe del Estado Mayor Conjunto de EE UU, Mike Mullen, acusa a la red Haqqani de ser «un verdadero brazo» del ISI.
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