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lunes, 10 de octubre de 2011

General Atomics busca mercado en Europa para sus Predator


El ataque de Estados Unidos sobre quien algunos señalaron como el posible sucesor de Bin Laden albergaba dos elementos novedosos. En primer lugar, se trataba del primer golpe dirigido por la CIA con un ‘avión no tripulado’Predator fuera de Pakistán.

En paralelo, si la eliminación selectiva de la cúpula del grupo terrorista con ‘aeronaves sin piloto’ ya había suscitado un profundo debate sobre sus aspectos legales y éticos, en el caso de Al Awlaki esta confrontación iba a ir más lejos. El desaparecido propagandista de Al Qaeda era ciudadano americano (su padre fue a Estados Unidos para formarse como ingeniero agrónomo y posteriormente fue ministro de Agricultura en Yemen), por lo que esta acción podría haber sido inconstitucional.

Pero más allá de estos factores, la operación de la agencia de inteligencia es un episodio más de una historia que comenzó hace ahora diez años, cuando Mohamed Atef, a la sazón número tres de Al Qaeda, se convirtió en la primera víctima de este tipo de operaciones. Desde aquel momento, el uso de ‘aviones no tripulados’ por parte de la CIA se ha multiplicado a un ritmo vertiginoso.

Entre 2004 y 2008 se contabilizaron 43 ataques. La llegada de Barack Obama a la Casa Blanca ha sido el punto de inflexión: solo en 2009 ya se rozaron los 70 y, en 2010, se llegó a 115. En total, más de 2.000 personas han sido ejecutadas por medio de este sistema (que también se ha cobrado víctimas inocentes, generalmente familiares que acompañaban a los objetivos).

Catapulta
La lucha para descabezar a Al Qaeda ha catapultado la fama de los Predator, desarrollados por General Atomics. Aun así, la mayoría de estos aviones espías no dependen de los servicios secretos estadounidenses, sino de las fuerzas armadas, para las que realizan labores de vigilancia y protección de infraestructuras en escenarios bélicos, como Afganistán. Se controlan en grandes salas a muchos kilómetros de distancia del teatro de operaciones (uno de los principales centros está en Nevada).

Aunque sus aplicaciones en el mundo civil también serán numerosas, las limitaciones legales (como la inexistencia de un espacio aéreo segregado) han relegado el uso de estos sistemas al ámbito militar.

Frente al éxito de este modelo, las compañías europeas intentan no quedarse descolgadas. El grupo galo Dassault y el británico Bae Systems lideran Telemos. A su vez, la propuesta de EADS es Talarion, un proyecto abanderado por Alemania, Francia y España que requiere una financiación cercana a 3.000 millones para seguir adelante. Pero la indecisión de los países del Viejo Continente está reforzando el liderazgo de Estados Unidos.

“Talarion y Telemos son iniciativas que están en sus primeras etapas de desarrollo, mientras que nuestro producto ya ha demostrado que es muy fiable al completar más de 1,6 millones de horas de vuelo en misiones”, afirma Christopher Ames, director de desarrollo internacional de General Atomics Aeronautical Systems, en declaraciones a EXPANSIÓN.COM. Este directivo remacha que “sus competidores tienen ante sí el desafío de alcanzar un nivel de rendimiento tan competitivo como el que ya ha superado Predator”.

Crecer en el Viejo Continente
Con estos mimbres, la compañía con sede en San Diego tiene el claro objetivo de impulsar su crecimiento en el Viejo Continente. “Estamos trabajando sobre una serie de oportunidades que nos permitirían ampliar nuestro mercado en Europa, donde ya contamos con clientes como Reino Unido e Italia”. Para ello, la búsqueda de socios locales es una pieza clave, pues “prestan apoyo logístico a lo largo de la vida de los programas”.

Las perspectivas son buenas. En 2010, el ex ministro de Defensa de Francia, Hervé Morin, ya inició conversaciones con Estados Unidos para comprar Predator. Antes de abandonar el cargo, afirmó que la adquisición de estos sistemas era la mejor solución para el ejército galo. En paralelo, Turquía (que participa Talarion, el proyecto de EADS) ha mostrado su interés en abrir una base de Predator para controlar a los separatistas kurdos (según The Washington Post).

El modelo que está en el mercado es MQ-9 Reaper, capaz de hacer “vigilancias de larga duración y a gran altitud” (gracias a cámaras y sensores de última tecnología). También tiene una versión especial para el control del tráfico marítimo.

Y mientras la iniciativa europea no termina de despegar, General Atomics ya trabaja en la versión C, llamada Predator C Avenger, que está en fase experimental y será capaz de sustituir a los cazas de combate en una importante variedad de misiones.

El sector de los aviones no tripulados es todavía un negocio en fase de maduración. Sin embargo, el semáforo que marca el inicio de la carrera ya se ha puesto en verde y General Atomics ha pisado el acelerador desde la ‘Pole Position’.


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