El diario francés Paris Match publicó en su última edición una carta que el dictador libio Muammar Khadafi habría enviado a principios de agosto al mandatario italiano Silvio Berlusconi, socio suyo en cuestiones tanto públicas como privadas.
De acuerdo con el semanario, el jefe del régimen libio se dirigió, así, a Il Cavaliere: "Querido Silvio, te hago llegar esta carta por medio de unos conciudadanos tuyos llegados a Libia para darnos su apoyo en este momento tan difícil para el pueblo de la Gran Jamahiriya".
Además, habría confesado el coronel: "Me ha sorprendido la actitud de un amigo con el cual sellé un tratado de amistad favorable a nuestros dos pueblos. Habría esperado de tu parte al menos que te hubieras interesado y hubieras intentado una mediación antes de apoyar esta guerra".
"No te culpo por eso, ya que no eres responsable porque sé bien que no eras favorable a esta acción nefasta que no te honra ni a ti ni al pueblo italiano. Pero creo que tienes todavía la posibilidad de dar marcha atrás y de hacer prevalecer los intereses de los pueblos. Detén los bombardeos. Habla con tus amigos y aliados para hacer que cese esta agresión contra mi país. Espero que Dios todopoderoso te guíe por el camino de la justicia", finaliza la carta de Khadafi, muerto el jueves pasado.
El medio indica que la misiva fue entregada al Primer ministro por una pareja de amigos de Khadafi que tiene una agencia de azafatas en Italia.
Años atrás, Libia se convirtió en el principal socio comercial de Roma. Por ese entonces, en 2008, Berlusconi pidió perdón por los crímenes del pasado y se comprometió a pagar a Libia 5.000 millones de dólares en 20 años. A cambio, Khadafi ayudó a impedir la salida de inmigrantes desde sus costas hacia la isla Lampedusa, entre otras cuestiones, como armas y petróleo.
Pero el dictador libio y el primer ministro italiano tenían más puntos en común. Eran socios en la productora luxemburguesa Quinta Communications, cuyo administrador era Tarak Ben Amar, un empresario franco-tunecino instalado en París que ayudó con el tratado de amistad y que es asesor de Berlusconi para los asuntos del Magreb.
Una vez anunciada la muerte del dictador libio, Berlusconi pronunció en latín "Sic transit gloria mundi", lo que significa "Así pasa la gloria del mundo".
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