Redacción martes, 10 de abril de 2012
La decisión de adquirir los aviones F-35 para sustituir a los CF-18 se realizó sin establecer un proceso de adquisición que reflejase los aspectos únicos del proyecto, según el informe del Auditor General de Canadá, Michael Ferguson, al Parlamento.
El informe del Auditor General supone un problema para el gobierno conservador, que había anunciado en julio de 2010 la decisión de adquirir 65 aviones F-35. Canadá participó en las tres principales fase de desarrollo del programa F-35: 1997, 2002 y 2006, año en que, según el Auditor, el Departamento de Defensa Nacional tomó la decisión de comprarlo.
F-35 US Air Force
"Los problemas relativos al desarrollo del F-35 no fueron completamente comunicados a los que tenían que tomar la decisión, y los riesgos presentados a estos decisores no reflejaban los problemas que el programa Joint Strike Fighter estaba sufriendo en ese momento... Los costes del ciclo de vida fueron subestimados en las evaluaciones proporcionadas para apoyar la decisión del gobierno de comprar el F-35 en 2010."
Hasta la fecha, Canadá ha comprometido 710 millones de dólares en el desarrollo del F-35, siendo otra de las razones para su elección la posibilidad de proporcionar negocios a las compañías canadienses. Sin embargo, el Auditor Ferguson señala que los funcionarios habían sobreestimado los beneficios potenciales de tomar parte en el programa F-35, sin que el gobierno conociese la gran implicación de los militares con Lockheed-Martin, que hubiese dificultado haber realizado un concurso imparcial, que finalmente no tuvo lugar. "Muchos de los pasos y documentos utilizados para apoyar la decisión del gobierno en 2010 no tenían consecuencias porque las cuestiones clave sobre la adquisición del F-35 y sobre realizar un concurso estaban determinadas efectivamente por las decisiones tomadas mucho antes, poniendo en cuestión la integridad del proceso."
En 2008 Canadá comunicó que gastaría 9.100 millones de dólares estadounidenses en una nueva generación de aviones y otros 16.000 millones para su funcionamiento y mantenimiento en los siguientes 20 años, cifras que han sido puestas en duda por el Auditor Ferguson, que afirma que podría no haber suficiente dinero para ello y que "el Ministerio de Defensa Nacional puede tener que abandonar o reducir alguna de las capacidades de defensa de las fuerzas canadienses, por ejemplo, reduciendo el número de aviones comprados o las horas de vuelo."
Asimismo señala que la decisión del gobierno se basó en datos erróneos que los funcionarios del Ministerio de Defensa proporcionaron al gobierno y al Parlamento y que deliberadamente minimizaron los costes y riesgos del programa.
"El Ministerio de Defensa Nacional no ejerció la diligencia debida en gestionar el proceso para reemplazar los CF-18" afirmó. "Hubo debilidades significativas en el proceso de toma de decisiones utilizado por el Ministerio de Defensa Nacional al adquirir los F-35,. decisiones clave fueron tomadas sin las aprobaciones exigidas y sin documentación de apoyo."
En Canadá los grandes contratos militares son a menudo políticamente polémicos y la decisión del gobierno conservador en 2010 de adquirir el F-35 ha sido especialmente polémica, llegando a provocar en febrero de 2011, que se adelantasen las elecciones a mayo de ese año.
El aumento de los costes y los retrasos en el programa han provocado problemas a los gobiernos conservadores y los críticos argumentan que el avión cuesta demasiado y es demasiado complejo para las necesidades de la fuerza aérea canadiense.
Tras el duro informe del Auditor General, el plan de adquirir los 65 F-35 de Lockheed-Martin es menos seguro: en el mismo se señala que el F-35 había sido seleccionado sin un "concurso limpio" y que los militares canadienses habían subestimado los costes del avión y sobreestimado las compensaciones industriales para la industria canadiense. Y que el gobierno no había hecho las provisiones suficientes para hacer frente al incremento de costes. En el informe también se indica que aún no estaba claro cuánto costaría el avión y que parecía que el gobierno había subestimado el precio probable de compra y no había incluido varios costes sustanciales directamente relacionados con el programa.
"Hubo problemas significativos en el proceso de toma de decisiones. Para esta clase de adquisición, de 25.000 millones de dólares, deberían haber hecho un trabajo mejor," señaló el Auditor.
Tras la publicación del informe, el gobierno anunció que congelaría el presupuesto dispuesto para la adquisición del avión y que no firmaría ningún contrato hasta que no se hubiese reexaminado el proceso de adquisición.
En un principio el gobierno conservador defendió la compra de los F-35, sin embargo, en las últimas semanas el primer ministro y el ministro responsable de las adquisiciones militares han estado distanciando el gobierno del programa. "En algún momento, tendremos que tomar una decisión final," dijo el primer ministro Stephen Harper, el mes pasado. "Pero obviamente no hemos firmado un contrato así que mantenemos nuestra flexibilidad para asegurar el mejor acuerdo para los contribuyentes."
Por su parte, el gobierno estadounidense anunció la semana pasada que los costes de desarrollar, fabricar y operar los F-35 han aumentado hasta alcanzar la exorbitante cantidad de 1,51 billones de dólares en los próximos 55 años. El Pentágono planea adquirir 2.443 aviones F-35.
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