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lunes, 23 de abril de 2012

JUDICIAL WATCH Casi una decena de soldados de EEUU mueren por sobredosis en Afganistán


22 ABR 2012 | EP

No fueron las balas o las bombas de los talibanes sino las drogas que han acabado con la vida de ocho soldados norteamericanos entre 2010 y 2011.




Las muertes en Afganistán no sólo se producen por las balas o atentados de los talibanes. Las bajas en el ejército de EEUU también se han producido por las drogas, según denuncia Judicial Watch, quien pone de manifiesto que ocho soldados estadounidenses han fallecido por sobredosis de heroína, morfina y otros opiáceos entre 2010 y 2011..

Al investigar a un total de 56 soldados -entre ellos los ocho fallecidos- por posesión, consumo o tráfico de heroína y otras drogas, el Ejército descubrió que algunos militares habían comprado drogas a menores afganos, a un intérprete afgano y, en un caso, incluso a un contratista del Departamento de Defensa estadounidense que posteriormente fue despedido.

Al parecer, el consumo de heroína en el Ejército norteamericano ha aumentado considerablemente. El número de soldados que dieron positivo en los controles a los que fueron sometidos se incrementó desde los diez casos confirmados en el año fiscal 2002 a los 116 registrados en el año fiscal 2010.

Según los documentos obtenidos por Judicial Watch gracias a la Ley sobre Libertad de Información y confirmados este sábado a la cadena de televisión CNN por un portavoz de la fuerza de la OTAN desplegada en Afganistán, un soldado compró heroína y Xanax (un ansiolítico) a cinco menores afganos en Camp Phoenix, unas instalaciones militares de Estados Unidos en Kabul, y los consumió.

Además, algunos militares han distribuido heroína, Percocet (oxicodona más paracetamol) y otras drogas entre sus compañeros. En los informes también figura el caso de una soldado que robó medicamentos caducados como morfina, Percocet, Valium, fentanilo (un opiáceo unas 80 veces más potente que la morfina) y lorazepam (un medicamento psicotrópico).

El presidente de Judicial Watch, Tom Fitton, advirtió de que "el abuso de medicamentos puede llevar fácilmente al consumo de heroína". "Afganistán es la capital de la producción de opiáceos. La tentación es grande y hay muchas oportunidades para tomar drogas", señaló Fitton, que instó al Ejército a "hablar de este tema más abiertamente".

Afganistán genera más del 90% de la producción mundial de opio, y se cree que los insurgentes talibán acumulan reservas de esta droga para financiar sus actividades, según un estudio publicado por la ONU en 2009.

Los datos del Mando de Investigación Penal muestran que los militares estadounidenses también consumen otras drogas, como esteroides y marihuana, e incluso hachís suministrado por soldados y policías afganos.


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