JAVIER L. NORIEGA /Madrid
El Gobierno estadounidense recupera sus planes para renovar la flota de Air Force One, el avión que transporta al presidente de Estados Unidos.
Un contrato atractivo que, casi con toda probabilidad, se adjudicará el fabricante norteamericano Boeing.
Tras varios años de impasse, la Casa Blanca ha vuelto a poner sobre la mesa el contrato para la compra de un nuevo modelo de avión para el mandatario del país más poderoso del planeta a través del Plan de Aviación del Pentágono 2013-2042. Un documento de 36 páginas, adelantado por la publicación especializada Defeuse News, que fija las principales necesidades del Departamento de Defensa estadounidense en materia aeronáutica para los próximos años.
El informe señala que la Fuerza Aérea va a proceder a renovar la flota de Air Force One (dos aeronaves, en la actualidad) "con la entrega del primer avión prevista en 2019, para empezar las modificaciones necesarias"
¿Cuál es el principal problema de los aviones actuales?
Básicamente, que los dos 747-200 de Boeing encargados por la Administración Reagan en 1987 se están quedando obsoletos.
Conseguir repuestos y realizar su mantenimiento es cada vez más caro y, además, la instalación de la nuevas tecnologías y sistemas de comunicación necesarios para el avión presidencial ya están llevando al limito las posibilidades de estas aeronaves, estrenadas en 1990 y 1991.
La renovación es necesaria "para mantener estas capacidades críticas", señala el Pentágono.
Para cumplir con los plazos previstos, la Fuerza Aérea baraja plantear una solicitud de ofertas para el último tramo del ejercicio fiscal de 2015. En 2009 ya hizo un sondeo para ver qué modelos y empresas podrían tener más posibilidades de hacerse con el contrato.
El más firme candidato a ser el nuevo Air Force One es la versión vip del 747-8I de Boeing. De echo lo más probable es que EADS ni siquiera participe en el concurso. Fuentes del grupo no tienen claro que la adjudicación encaje con su estrategia de crecimiento en EEUU.
La Casa Blanca no solo pretende renovar el Air Force One. También tiene previsto ir sustituyendo la flota de helicópteros presidenciales, conocidos como Marine One. En la actualidad, el modelo en el que suele viajar el máximo mandatario estadounidense es el VH-3D Sea Kiug, fabricado por Sikorsky, y cuyo primer modelo llegó a la Casa Blanca en 1974. La Administración Bush impulsó un programa de renovación en 2005 que fue abortado cuatro años después tras duplicarse loscostes iniciales. Los candidatos al contrato son Boeing y un consorcio entre Lockheed y Sikorsky.
Publicado en Cinco Días el 7 de mayo de 2012 www.cincodias.com
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