El gran mérito personal de Barack Obama en dar la orden de matar a Bin Laden se ha visto empañado en este primer aniversario de la operación por su abusivo uso electoral, no porque el candidato a la reelección se ponga la merecida medalla que le corresponde, sino por insinuar que su contrincante republicano, Mitt Romney, no habría operado de igual forma.No sabemos cómo habría actuado Romney. Sí, en cambio, consta que el vicepresidente Joe Biden aconsejó a Obama no enviar el equipo de los Navy SEALs a Abbottabad. Y que Bill Clinton decidió que no se apretara el gatillo de una bomba la vez que Bin Laden estuvo más claramente en la mirilla de los estadounidenses, en 1999.
El episodio es narrado en ‘Manhunt’(caza del hombre), del analista en seguridad Peter Bergen, un libro sobre “los diez años de búsqueda de Bin Laden desde el 11-S a Abottabad”, como dice su subtítulo. Informantes de la CIA sobre el terreno localizaron a Bin Laden en febrero de 1999 cazando avutardas con halcones en Afganistán, cerca de Kandahar. Imágenes de satélite confirmaron esa partida de caza. El plan del equipo de seguridad de Clinton era lanzar misiles de crucero desde submarinos en el mar de Arabia. Los preparativos se complicaron cuando las imágenes mostraron que también había miembros de la familia real de los Emiratos, país aliado de EEUU. La operación se suspendió cuando ya estaba lista para ser lanzada. El riesgo era enemistarse con los Emiratos, como en 2011 el principal riesgo no era la operación en sí misma sino la reacción que tendrían los paquistaníes.
‘Manhunt’ es la mejor documentación publicada sobre la caza de Bin Laden. Bergen, que llegó a entrevistar al líder de Al Qaida en 1997 como productor de la CNN, ha tenido acceso a mucha información reservada, a los principales protagonistas y a la propia casa del líder Bin Laden (único periodista o autor que pudo hacerlo antes su demolición). Además de los detalles de la lucha contra el grupo terrorista y la acción que acabó con la vida de su fundador, el relato incluye otros aspectos ‘colaterales’. He aquí algunos de ellos.
DE CABRAS Y ‘VIAGRA’. Dos cabras a la semana, sacrificadas en el recinto de la propiedad, eran el principal alimento de Bin Laden, sus dos protectores y sus familias. La leche procedía de vacas que cuidaban y los huevos de un centenar de gallinas que tenían en jaulas. Un pequeño huerto aportaba hortalizas. Entre los alimentos fue encontrado sirope de avena, un afrodisíaco natural que pasaría a ser conocido como el viagra de Bin Laden. En su lavabo había ‘Just for Men’, una loción para teñir las canas.
COMO ENVIAR CORREOS SECRETOS. Los militanes de Al Qaida idearon un sistema para comunicarse de manera secreta. Dos miembros del grupo compartían una misma cuenta de correo electrónico. Uno entraba y escribía un mensaje, pero no lo enviaba a través de internet sino que lo mantenía en la carpeta de borradores. La otra persona entraba después con las mismas claves, leía el borrador y lo contestaba con otro.
MUJERES DE LA CIA, CLAVE. Entre el personal de la CIA que durante años estuvo ocupado en trazar los movimientos de Bin Laden destaca un nutrido grupo de mujeres analistas. En 1995 ya se creó la primera unidad centrada en el líder de Al Qaida, integrada en su mayoría por mujeres. Según su jefe, eso era por su especial instinto hacia los detalles, por entender mejor los modelos de relaciones, gastar menos tiempo contando batallitas y apenas ausentarse de la mesa para salir a fumar.
NO FUE EN LA ‘SITUATION ROOM’. Aunque la famosa foto en la Casa Blanca, con Obama y otros altos cargos de su Administración siguiendo la evolución de operación, generalmente se ha emplazado en la ‘Situation Room’, en realidad esa reunión tuvo lugar en una sala contigua más pequeña. Allí estaban probando un ordenador que retransmitía a una gran pantalla las imágenes que se recibían en directo de un drone que sobrevolaba Abbottabad. Sin dar tiempo a que la instalación se trasladara a la ‘Situation Room’, Obama y sus acompañantes fueron pasando a esa habitación más pequeña, lo que explica el presidente estuviera sentado a un lado y no en lugar preferente.
['Manhunt. The ten-year search for Bin Laden from 9/11 to Abbottabad', Peter L. Bergen, Crown Publishers, New York, 2012, 359 págs]
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