Un avión de combate F-4 turco durante unas maniobras. / OSMAN ORSAL (REUTERS)
El Ejército sirio derribó un avión de combate turco F-4 que supuestamente sobrevolaba la ciudad costera de Latakia. Ante esta situación, el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, celebró ayer una reunión de urgencia con la plana mayor de su Gobierno mientras el presidente turco, Abdullah Gül, ha asegurado hoy que el aparato hacía un recorrido rutinario aunque ha admitido que podría haber vulnerado espacio aéreo sirio.
El presidente de Turquía, Abdullah Gül, ha admitido esta mañana que el avión turco podría haber vulnerado el espacio aéreo sirio. “A veces puede ocurrir que los aviones militares, con la velocidad a la que vuelan, especialmente sobre el mar, vulneren las fronteras", ha dicho el presidente turco en una breve alocución transmitida por la agencia Anadolu. "Es algo frecuente; en el Egeo y el Mar Negro es una simple rutina. Ocurre sin ninguna mala intención", ha añadido Gül, que ha explicado que las autoridades turcas investigan en estos momentos "si lo que ocurrió tuvo lugar sobre nuestras aguas territoriales o no". Lo que sí ha dejado claro el presidente turco es que "no es posible tapar una cosa así; lo que tenga que hacerse se hará". De momento nadie sabe con exactitud cuál será el siguiente movimiento del Ejecutivo turco, que desde el primer momento se ha mostrado firme pero cauto a la hora de abordar la crisis.
Gül ha evitado hacer comentarios sobre el comunicado del Ejército sirio filtrado anoche, en el que se informaba de que el aeroplano turco fue derribado dentro del espacio aéreo sirio: "Nuestras defensas aéreas hicieron frente a un objetivo que penetró en nuestro espacio aéreo sobre nuestras aguas territoriales a primera hora de la tarde del viernes, y lo derribaron. Resultó ser un avión militar turco", dice el comunicado. Gül se limitó a decir que se trata de un procedimiento "rutinario" que los aviones atraviesen ligeramente las fronteras, pero habría que esperar a los resultados de una investigación para saber dónde fue derribado.
El cónclave convocado por Erdogan, que supo de lo ocurrido cuando volvía de Brasil, de la cumbre mediaombiental Río+20 de Naciones Unidas, duró ayer más de dos horas. Cuando acabó, el primer ministro turco anunció represalias sin dar más detalles: "Según la información que viene de nuestras instituciones y como resultado de los datos obtenidos por el trabajo de rescate que se hace de forma conjunta con Siria, se deduce que el avión fue derribado por Siria. Cuando el incidente haya sido aclarado del todo, se tomarán las medidas adecuadas". Al encuentro estaban convocados los ministros de Interior, Defensa, el jefe del Departamento Nacional de Inteligencia (MIT) y el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas.
Por el momento los altos mandos militares de Turquía han asegurado a los medios que “no hubo violación del espacio aéreo sirio”. Se desconoce si negación lleva implícita la ligera pero “rutinaria” violación de las fronteras a las que se refería el mandatario turco. En todo caso, si se llegara a confirmar la versión del ejercito turco, el incidente podría ser considerado como de extrema gravedad. De ahí la cautela con la que se están comportado tanto el ejecutivo turco como el Sirio en sus declaraciones. Una escalada de violencia no beneficiaría a ninguno de los dos por eso, tanto uno como otro, se han apurado a publicitar su cooperación en las labores de búsqueda del avión así como de los pilotos.
Siria declaró oficialmente que derribó el avión turco porque sobrevolaba sus aguas a baja altura y que solo se dieron cuenta de que era turco tras abatirlo. El caza, según han confirmado fuentes turcas, perdió contacto a las 11.30 horas y poco después un canal de televisión sirio confirmaba el ataque y el posterior derribo del aparato.
Las informaciones son todavía confusas. Se desconoce el motivo por el que el caza sobrevolaba la frontera sur de Turquía con Siria en la provincia de Hatay. Se especula que se trataba de una misión de reconocimiento o de entrenamiento, pero no hay nada confirmado todavía. Asimismo, no están claras las causas del incidente ni el lugar exacto en el que se produjo. Según el canal turco NTV, el avión se habría precipitado a las aguas territoriales sirias tras ser derribado y en ningún momento violó el espacio aéreo sirio.
Pero ahora, más que los detalles, lo que preocupa a los turcos es la reacción de su Gobierno. Si se confirma que el avión nunca violó el espacio aéreo sirio, el incidente podría ser considerado como de extrema gravedad. Esto explicaría la precaución del primer ministro a la hora de abordar el asunto. Turquía ha repetido en numerosas ocasiones que no apoyará una incursión armada en Siria sin el respaldo de Naciones Unidas. Sin embargo, si decidiera mover ficha, esta podría ser una buena oportunidad, ya que según el artículo 5 de la Carta de la OTAN, el ataque a un país miembro se considera como un ataque al resto.
Hasta el día de hoy el Ejecutivo turco no ha querido jugar esta carta, incluso en los momentos más tirantes del conflicto, como por ejemplo el ataque del pasado abril a un campo de refugiados en Turquía. En ese momento se barajó la idea de una respuesta contundente por parte del ejecutivo turco, uno de los principales críticos con el régimen de Damasco. Sin embargo, a pesar de las amenazas y el deterioro de las relaciones entre estos antiguos socios -Turquía ha acogido en su territorio a más de 32.000 refugiados sirios que huyen de la represión-, el incidente no pasó a mayores.
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