27 de junio de 2012
Alexánder Gabuyev, Pável Tarasenko, Kommersant
La delegación gubernamental venezolana de visita en Moscú ha llegado prácticamente a un acuerdo sobre la entrega a Caracas de una nueva e importante partida de casi 100 tanques T-72B1V dentro del crédito ruso de 4.000 millones de dólares. Además, hay planes para la explotación de yacimientos de petróleo a largo plazo.
La delegación venezolana está encabezada por el viceministro de Asuntos Exteriores, Temir Porras. "Tenemos la esperanza de que entre hoy y mañana se firme el contrato para la entrega a Caracas de tecnología rusa militar, en concreto se trata de tanques T-72B1V", comunicó una fuente de Kommersant en los círculos diplomáticos venezolanos. Esta será la segunda entrega de gran volumen de tanques rusos a Venezuela en los últimos dos años. La anterior entrega, de 92 tanques T-72B1V, comenzó en mayo de 2011 y se completó con éxito en marzo de este año.
La fuente del periódico aclaró que la presente entrega se realizará dentro del crédito ruso de 4.000 millones de dólares, acordado en octubre del año pasado. La anterior partida también se vendió gracias al crédito de 2.200 millones de dólares que Moscú concedió a Caracas en 2009, después de que reconociera a Abjazia y a Osetia del sur.
De esta manera Rusia garantiza, a cuenta de sus propios créditos, la ampliación de la colaboración con su principal socio en Latinoamérica de forma exclusiva. Pero después de que se materialice este último crédito (Venezuela recibirá la mitad del mismo este año, y la otra mitad en 2013) la deuda total de Caracas con Moscú ascenderá a casi 7.200 millones de dólares.
Expansión económica
Las entregas de armamento forman parte de una estrategia de expansión económica a gran escala de Rusia en Venezuela. Durante la visita del actual viceprimer ministro ruso, Ígor Sechin, a Caracas en octubre del año pasado se firmaron toda una serie de importantes acuerdos. En concreto, las partes acordaron la entrada de Rosneft en el proyecto de explotación de los yacimientos de Carabobo-2 en la faja petrolífera del río Orinoco.
Este acceso le costará a Rusia 1.000 millones de dólares. Además, cinco compañías petrolíferas rusas (Rosneft, Gazprom neft, Lukoil, Surgutneftgaz y TNK-VR) se han unido para la explotación de los yacimientos de petróleo de difícil acceso de Junín-6 y están dispuestas a gastar en el proyecto 20.000 millones de dólares en un plazo de 40 años.
Entre los principales arquitectos del actual sistema de relaciones entre Moscú y Caracas se encuentra precisamente Ígor Sechin, vicedirector durante la presidencia de Dmitri Medvédev, del Complejo energético-combustible, que en 2008 dirigió la comisión intergubernamental con Venezuela, así se desprende de las palabras de los entrevistados por Kommersant en el Ministerio de Asuntos Exteriores de la Federación rusa, el Kremlin y en la sede del gobierno.
Según la fuente de Kommersant, ha sido precisamente este compañero de filas de Vladímir Putin que habla español, quien se ha convertido en el supervisor oficioso de toda la política exterior latinoamericana de la Federación rusa.
Ha sido capaz de construir relaciones personales con los líderes de los países de la región, de convencerles para que reconozcan a Abjazia y a Osetia del Sur (finalmente las reconocieron Venezuela y Nicaragua), así como de repartir generosamente créditos rusos entre sus socios para importantes proyectos de las empresas estatales rusas. Venezuela, donde Ígor Sechin ha estado más a menudo que Dmitri Medvédev y Vladímir Putin juntos, se ha convertido precisamente en el principal elemento de esta política.
Créditos a largo plazo
Por otro lado, en los últimos años en Moscú ha comenzado a surgir cierto descontento con la política de créditos indiscriminados a Venezuela bajo la garantía de megaproyectos petrolíferos con largos plazos de rentabilidad, para cuya realización las compañías rusas no tienen la tecnología necesaria.
Este estado de ánimo se ha reforzado especialmente después de que se conociera el año pasado el tumor cancerígeno de Hugo Chávez. En caso de que desapareciera el líder venezolano, Moscú, de acuerdo con la valoración unánime de los expertos, corre el riesgo de perder sus proyectos y no recuperar los créditos.
"La declaración de que los yacimientos de la parte salvaje de Venezuela están listos para la explotación no es más que una tapadera para una ayuda, con la que contaba Hugo Chávez y que obtuvo a través de las compañías petrolíferas rusas", declaró a Kommersant Vladímir Semago, vicedirector del consejo de negocios ruso-venezolano, que añade que la colaboración militar entre Moscú y Caracas es una cuestión puramente política.
Artículo abreviado, consulte el original en Kommersant
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