Hasta el primero de junio, 154 efectivos militares norteamericanos se suicidaron, un promedio de uno por día en lo que va del año, informó el departamento de Defensa. En ese mismo período, 124 soldados murieron en acción en Afganistán.
La cifra de suicidas de la mitad de 2012 representa un 18 por ciento de incremento en relación al mismo período de 2011, cuando se quitaron la vida 130 soldados. Pero el promedio de suicidios se ha mantenido constante en los últimos años. Hubo 123 suicidios entre enero y comienzos de junio en el 2010, y 133 en el mismo lapso de 2009, dijo el Pentágono.
Las tasas de suicidio entre el personal en servicio activo y entre los veteranos se acrecentó drásticamente desde 2005, al intensificarse las guerras en Irak y en Afganistán. Hace algunas semanas, el departamento de Defensa creó una Oficina de Prevención de Suicidios.
Paul Rieckhoff, director de la Asociación de Veteranos de Irak y de Afganistán, dijo que el aumento en el suicidio de personal militar norteamericano se debe a problemas financieros y tensiones en el seno de la familia. Además, dijo Rieckhoff, existen escasos profesionales calificados que puedan tratar esos problemas. Y existe una especie de estigma para quienes piden ayuda de terapeutas.
Una encuesta realizada este año por la asociación entre sus 160.000 afiliados estableció que un 37 por ciento de los entrevistados conocían al menos a un militar que se había suicidado.
Rieckhoff dijo que si bien los potenciales suicidas están afectados por la fatiga del combate, se hunden en la desesperación al pensar "en sus esposas y en sus hijos".
Bruce Parry, presidente de la Coalición de Organizaciones de Veteranos, acusó al Pentágono de no hacer lo suficiente para aliviar la tremenda tensión que sufren los soldados al lidiar con múltiples emplazamientos.
La impopular medida del draft, o reclutamiento de todas las personas en edad militar durante la guerra de Vietnam, ha dado paso al alistamiento de voluntarios.
La medida, si bien ha impedido la diseminación del descontento a nivel de las familias, ha obligado a utilizar a los soldados en más "tours of duty", o misiones de combate. En la época de la guerra de Vietnam, a ningún soldado se le ocurría la idea de que debería retornar al teatro de guerra al concluir su primera misión. Ahora, hay casos de soldados que han tenido que volver a Afganistán o a Irán en tres, cuatro, o más ocasiones.
SECUELAS
Las tensiones que causa la vida en un ambiente hostil han tenido otra consecuencia: el incremento en crímenes sexuales. En enero de este año, el ejército de Estados Unidos informó que durante el 2011 habían aumentado en casi un 30 por ciento ese tipo de delitos. Más de la mitad de las víctimas eran mujeres en servicio activo, entre los 18 y los 21 años de edad.
El general Peter W. Chiarelli, subjefe del estado mayor del ejército, dijo en su discurso de despedida del cargo que eso era "inaceptable", y atribuyó el aumento de los delitos sexuales al uso del alcohol y a la instalación de nuevos cuarteles que ofrecen más privacidad.
Chiarelli dijo también que los suicidios en los cuadros militares comenzaron a superar a los suicidios en la sociedad civil a partir de 2008. Se estima que hay unos 20 suicidios por cada 100.000 soldados, y unos 18 suicidios por cada 100.000 civiles.
Funcionarios militares han destacado que en tanto han disminuido los suicidios entre soldados que han tenido una sola misión de combate, se han incrementado entre el personal con dos o más misiones de combate.
Otro factor que ha contribuido al incremento en los suicidios es el alto desempleo. Muchos soldados podrían regresar a la vida civil. Pero, ante la perspectiva de no conseguir trabajo, prefieren seguir en las fuerzas armadas, pese a la tensión causada por vivir en zonas de guerra.
LOS SUICIDAS SECRETOS
La cifra de suicidas entre los veteranos de guerra es mucho más alta que entre los soldados en servicio activo. Nicholas D. Kristof, columnista del New York Times, dijo que unos 6.500 veteranos se suicidan anualmente en Estados Unidos, más que la cifra combinada de soldados que han muerto en Irak y en Afganistán desde el comienzo de la ocupación de esos países, hace más de una década.
Muchos de los veteranos se convierten en alcohólicos o drogadictos. Kristof mencionó un estudio según el cual, luego del tercer o cuarto "tour of duty", más del 25 por ciento de los soldados sufren graves problemas mentales.
Patrick Bellon, presidente de la agrupación Veterans for Common Sense, dijo que si bien la Asociación de Veteranos, el organismo oficial del Pentágono, ha mejorado sus servicios de psiquiatría, no hace lo suficiente.
"En los próximos cinco años habrá en Estados Unidos otro millón de veteranos", dijo Bellon. "La asociación ya tiene problemas lidiando con la población de veteranos de la actualidad. Ignoro qué podrá hacer en el futuro".
Hace algunas semanas, el propio inspector general de la Asociación de Veteranos llamó la atención sobre la deficiente atención que reciben los veteranos en los hospitales bajo su control. Un veterano de 26 años de edad, posiblemente drogado, comenzó a caminar desnudo en medio de una autopista en California. La policía intentó brindarle ayuda llevándolo a un hospital de la Asociación de Veteranos.
Pero en la oficina de admisión le dijeron que no podían aceptar su ingreso hasta el día siguiente. El veterano no fue al día siguiente al hospital. Lo que hizo fue ir a las vías del ferrocarril, y dejar que un tren le pasara por encima. "Nosotros reparamos tanques luego que son usados en los combates", dijo Kristof, "pero no brindamos mucha ayuda a hombres y a mujeres que intentan exorcizar el demonio de la guerra. Alistamos soldados para que nos protejan, pero cuando retornan a sus hogares, no les ofrecemos protección alguna".
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