El secretario de Defensa de EE UU, Leon Panetta, considera que "todas las opciones" están abiertas para impedir que Irán adquiriera armamento nuclear, en medio de la creciente impaciencia en Israel, donde se cree que las sanciones internacionales y la diplomacia no están logrando sus objetivos.
A cada uno de los dirigentes israelíes con los que se ha reunido a lo largo de la jornada, Panetta ha tratado de garantizar que Washington no permitirá que Irán consiga la capacidad armamentística nuclear, aunque ha aclarado que antes de optar por la opción militar deben ser agotadas las otras alternativas.
En su tercera visita a Israel -la segunda al frente del Departamento de Defensa- Panetta ha repasado con el primer ministro, Benjamín Netanyahu, el presidente, Simón Peres, y su homólogo, Ehud Barak, los asuntos que más preocupan en la región, principalmente Siria e Irán. Y se ha encontrado con una respuesta prácticamente monocorde: Teherán supone una seria amenaza al mundo y se debe impedir por todos los medios que siga adelante con sus aspiraciones nucleares.
"Ahora mismo el régimen iraní cree que la comunidad internacional no tiene la voluntad de impedir su programa nuclear. Esto tiene que cambiar y debe cambiar rápido, porque el tiempo para resolverlo pacíficamente se está acabando", ha advertido Netanyahu en una comparecencia junto con Panetta en la Oficina del Primer Ministro. El líder israelí ha echado por tierra la insistencia norteamericana de dar más tiempo a la vía diplomática al señalar que "ni las sanciones ni la diplomacia han tenido aún impacto alguno en el programa nuclear iraní".
En este contexto Panetta ha manifestado que "no permitiremos que desarrolle armamento nuclear, y consideraremos todas las opciones en un esfuerzo de asegurar que eso no suceda". E incluso ha dado a Peres su "garantía personal" de que "la amenaza nunca se convertirá en realidad".
Horas antes, el ministro israelí de Defensa, Ehud Barak, había ejercido de anfitrión en una visita cerca de la ciudad de Ashkelón a una de las baterías anti-misiles del sistema 'Cúpula de Hierro', cofinanciado por EE UU y que logra interceptar cohetes disparados desde Gaza. Barak se ha mostrado igual de poco convencido que el jefe del Gobierno de que la comunidad internacional pueda parar a Irán al defender que las posibilidades de que las sanciones frenen su programa nuclear son "muy bajas".
Las autoridades israelíes consideran que tanto las sanciones como las negociaciones que se llevan a cabo con el grupo 5+1 (integrado por los países miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU más Alemania) han fracasado y que Irán no ha puesto límite a su programa, como le exige Occidente. Pero Panetta ha insistido en que la Administración estadounidense tiene un compromiso sólido con la seguridad de Israel y sus ciudadanos.
Su viaje sigue al que realizó a Israel el pasado fin de semana el candidato republicano a la presidencia de EE UU, Mitt Romney, y al reciente anuncio de Barack Obama de una ayuda militar adicional de 70 millones de dólares a Israel. También la secretaria de Estado, Hillary Rodham Clinton, viajó al país el mes pasado y abogó por que Israel y EE UU actúen de forma coordinada en "un momento de incertidumbre".
Oposición del estamento militar
Las visitas se producen en medio de un intenso debate en Israel sobre la conveniencia de atacar las instalaciones nucleares de Irán sin el consentimiento de Washington, ataque al que, según los medios locales, se oponen los principales altos mandos militares y los servicios secretos.
El martes, Netanyahu aseguró en una entrevista televisiva que aún no ha decidido atacar a Irán pero que Israel "no puede contar con nadie más" para hacer frente a esa amenaza. Preguntado por la oposición del estamento militar a un ataque a las instalaciones nucleares iraníes, contestó que "en Israel, los políticos toman las decisiones y los estamentos operativos las llevan a cabo".
En los últimos días, los principales medios locales aseguraron que Panetta viajaba a Israel para pedir más tiempo, hasta año y medio, para lograr una solución negociada con Irán y exponer los planes de guerra estadounidenses para el caso de que Teherán no acepte las demandas internacionales.
Teherán aduce que su programa nuclear tiene fines pacíficos, aunque Israel y buena parte de los países occidentales sospechan de que trata de desarrollar armas atómicas.
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