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El Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia comparó las amenazas de los rebeldes sirios de derribar aviones civiles con los crímenes de Al Qaeda. El lunes en la web oficial de la diplomacia rusa apareció un comunicado en el que se hacía hincapié en el hecho de que las amenazas del Ejército Libre de Siria son “absolutamente inadmisibles” y “violan” el derecho internacional. “Desde el punto de vista moral y legal esto significa el acercamiento crítico de la oposición a la ´línea roja´, detrás de la cual están acciones que no difieren de los crímenes de Al Qaeda”, señala el documento. Las declaraciones de los rebeldes sirios “de hecho, confirman que el terrorismo se está convirtiendo en uno de los métodos principales de su actividad”, según el ministerio ruso. Asimismo la diplomacia rusa señala que “los Estados que patrocinan a la implacable oposición siria y la alientan a rechazar el diálogo con las autoridades y a 'luchar hasta la victoria final', prefieren ignorarlo”. Según el ministerio, “si las amenazas del Ejército Libre de Siria llegan a realizarse, la responsabilidad por las consecuencias de esto será no solo de los autores materiales, sino también de sus protectores”. El 1 de septiembre el Ejército Libre de Siria anunció que a partir del 3 de septiembre empezará a derribar aviones comerciales con destino a los aeropuertos civiles de Damasco y Alepo. Según los opositores, esta iniciativa busca poner fin al supuesto suministro de equipos militares que, según afirman los rebeldes, llega a Siria desde Rusia, Irak, Irán y el Líbano. Los expertos internacionales coinciden en que el derribo de aviones civiles por los rebeldes sirios significaría la pérdida de legitimidad del Ejército Libre de Siria dentro de la comunidad internacional. Por ejemplo, el analista internacional Fernando Bazán opina que “si la oposición siria derriba un avión civil en el día de mañana, perdería todo tipo de legitimidad dentro de la comunidad internacional, con lo cual conseguirían un efecto contrario al que está buscando”. Mientras tanto, la situación en Siria se hace cada día más crítica y la solución del conflicto parece ser cada vez menos tangible. El lunes el nuevo enviado especial de la ONU y la Liga Árabe para Siria, Ladjar Brahimi, consideró "casi imposible" su misión en ese país árabe. Al mismo tiempo el jefe del opositor Consejo Nacional Sirio llamó a una intervención militar extranjera en Siria, apelando a la supuesta protección de los ciudadanos del país.
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