El viceministro sirio de Asuntos Exteriores, Faisal Maqdad, dice que Siria "no utilizaría las armas químicas contra su pueblo" en caso de tenerlas.
"Tememos que EE UU y Europa suministren esa clase de armas a las organizaciones terroristas para decir más tarde que fue Siria quien las empleó".
Maqdad advirtió también de que los resultados de una posible intervención en Siria "serán catastróficos para la región".
El viceministro sirio de Asuntos Exteriores, Faisal Maqdad, ha considerado que la polémica acerca de un posible uso de armas químicas por parte del régimen de Bachar al Asad es un"pretexto para una intervención" internacional en Siria.
En una entrevista a la cadena de televisión libanesa Al Manar, del grupo chií Hizbulá, Maqdad insistió en que el régimen sirio "no utilizaría las armas químicas contra su pueblo" en caso de tenerlas.
En su opinión, las últimas acusaciones sobre el posible uso de estas armas por parte del régimen sirio "forman parte de un guerra psicológica y un pretexto para una intervención" en el país, lo que implicaría una "catástrofe regional".
La cadena estadounidense NBC difundió este miércoles acusaciones de funcionarios estadounidenses, para quienes Damasco está .preparándose para usar ese tipo de armas a la espera de las órdenes finales de Al Asad
Esta semana, la ONU expresó su preocupación por la eventual presencia de armas químicas en el país, mientras que Estados Unidos advirtió al régimen de Al Asad de que el uso de ese armamento tendría consecuencias.
"Tememos que Estados Unidos y los países europeos suministren esa clase de armas a las organizaciones terroristas para decir más tarde que fue Siria quien las empleó", agregó el viceministro, que consideró esa polémica como un "teatro para incrementar la presión" hacia las autoridades sirias.
Maqdad advirtió también de que los resultados de una posible intervención en Siria "serán catastróficos para la región" y acusó a la oposición libanesa de colaborar con los rebeldes sirios.
La violencia se ha recrudecido en Siria en medio de la parálisis de los esfuerzos políticos mediadores, que no han logrado poner fin a un conflicto que ha derivado en una guerra civil.
Desde marzo de 2011 se calcula que han muerto más de 30.000 personas en Siria, mientras que el éxodo de refugiados supera ya los 200.000, según cifras de Naciones Unidas.
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