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Rusia desarrollará una nueva versión de los famosos 'trenes misilísticos', que no son otra cosa que sistemas de misiles nucleares de gran alcance camuflados como trenes de carga.
La industria militar rusa desarrollará los primeros prototipos de un nuevo sistema de misiles nucleares móviles de gran alcance instalado en trenes, informa la agencia RIA Novosti, citando fuentes anónimas del sector.
El desarrollo de este proyecto ya está en marcha. De acuerdo con estimaciones preliminares, el primer prototipo del "tren misilístico" estará operativo antes de 2020.
Puestos en servicio operacional en 1987 estos trenes aparentemente no eran más que ordinarias formaciones de carga, pero llevaban dentro los temibles misiles RT-23 (o SS-24, según la clasificación de la OTAN). Hasta el año 2005 el servicio operacional de Rusia contó con 12 trenes de este tipo con 36 lanzadores de misiles balísticos, agrupados en tres divisiones: en la región de Kostromá, en la región de Perm y en el territorio de Krasnoyarsk, en Siberia.
Estas baterías tenían un gran nivel de supervivencia, puesto que podían moverse en total secreto por la extensa red ferroviaria de la URSS.
Premisas para su reapariciónEl desarrollo de los nuevos sistemas de 'misiles ferroviarios' será una respuesta adecuada a la implantación de un sistema de defensa antimisiles global, asegura el asesor de la Academia Rusa de las Ciencias de la Ingeniería y veterano de las fuerzas estratégicas soviéticas, Yury Záitsev.
"¿Es posible recrear los BZHRK [siglas rusas de esos sistemas] en la actualidad? ¡Por supuesto! Al parecer gran parte de su infraestructura terrestre se ha conservado”, expresó. De acuerdo con el ex comandante de la división de Kostromá, el mayor general Victor Shmonov, el nuevo sistema podrá ser dotado con misiles Topol-M o, lo que es mejor aún, de los Yars, puesto que estos últimos portan cuatro ojivas”, afirmó Záitsev en una entrevista concedida a la agencia Interfax.
¿Es posible recrear los BZHRK en la actualidad? ¡Por supuesto! Al parecer gran parte de su infraestructura terrestre se ha conservado”
"Las grandes esperanzas puestas en el desarrollo de las relaciones ruso-estadounidenses a partir de la firma del tratado START-III no se han materializado. La colaboración estratégica proclamada por la administración estadounidense resultó una mera declaración. La concertación de un tratado sobre una mayor reducción de armas estratégicas ofensivas es muy poco probable. En este contexto parece lo más razonable desarrollar armas capaces de garantizar la seguridad de Rusia", dijo Zaitsev.
En 1993, Rusia y Estados Unidos firmaron un tratado de reducción de estratégicas ofensivas (START-II), según el cual Rusia se comprometió a destruir los sistemas de misiles móviles. Pese a que en 2002, Rusia abandonó el Tratado, en 2005 los misiles con base en los ferrocarriles fueron retirados del servicio. A partir de 2006, las fuerzas estratégicas de Rusia incorporaron los sistemas de misiles estratégicos móviles Topol-M con base en tierra.
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