Por primera vez en su historia, Rusia se plantea diversificar sus reservas de divisas más allá de las principales, como el billete verde estadounidense y el euro, además de la libra y el yen.Así, para luchar contra las fluctuaciones de estas monedas, podría añadir a sus arcas dólares canadienses y australianos a las que son las terceras reservas internacionales más abultadas del mundo, valoradas en unos 458.200 millones de dólares. "Estamos discutiendo añadir dólares australianos. Hay pros y contras. De momento, hemos incorporado el dólar canadiense, pero no hemos iniciado las operaciones" con él, explica Alexei Ulyukayev, vicepresidente primero del banco central ruso.El 47% de las reservas del país están en dólares estadounidenses (frente al 50% de 2006) y el 41% en euros, mientras que la libra británica supone el 10% y el yen alrededor del 2%.
el economista.es
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