— Muchos paquistaníes culparon ayer a la alianza de Estados Unidos con su gobierno y la presencia de sus fuerzas en Afganistán por provocar los ataques suicidas en el santuario Sufi más popular del país, que dejó 42 muertos. Las reacciones muestran las dificultades que enfrentan Washington y el gobierno paquistaní cuando se trata de lograr el apoyo del público en contra de extremistas islámicos, incluso luego del osado ataque contra un sector más moderado del Islam, con influencia Sufi, que practican la mayoría de los paquistaníes.Miles de personas estaban reunidas el jueves por la noche en el santuario Data Darbar en Lahore cuando estallaron las bombas con minutos de diferencia. Las explosiones destruyeron el concreto de las paredes y dejaron el piso de mármol blanco lleno de sangre.Nadie se adjudicó el ataque, pero extremistas islámicos consideran que el sufismo, una rama mística del islam, es una herejía.
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