Con banderas a media asta y ofrendas florales, la NASA recuerda este viernes a los astronautas fallecidos en misiones espaciales, en la semana en la que se cumple el 25 aniversario del desastre del transbordador Challenger.
"Hoy honramos a la tripulación del Apolo 1, del Challenger y del Columbia, así como a otros miembros de la familia NASA que perdieron la vida en apoyo a la misión de la exploración", recordó el director de la NASA, Charles Bolden.
Esta semana se cumple el 25 aniversario del desastre del transbordador Challenger, así como 44 años del incendio en el que murieron los tres tripulantes del Apolo 1, y el octavo aniversario de la tragedia del transbordador Columbia.
Como cada año, la agencia espacial estadounidense, con Bolden a la cabeza, dedica un día al recuerdo de sus héroes con una ofrenda floral en el Cementerio Nacional de Arlington, a las afueras de la capital estadounidense. El presidente de EEUU, Barack Obama, ha elogiado en un comunicado la labor de los astronautas por "los sacrificios que hicieron posible rebasar fronteras para que la agencia espacial alcance metas aún mayores". Obama ha subrayado los logros conseguidos y remarcó que la NASA del siglo XXI tiene que ser pionera en la innovación tecnología y continuar "con su misión fundamental de explorar nuestro planeta y el cosmos".
Por su parte, el director de la NASA ha agradecido a los astronautas "y a sus familias por los sacrificios extraordinarios al servicio de nuestra nación". Bolden también ha querido recordar que cada misión espacial, "junto con la posibilidad de grandes descubrimientos y avances para la humanidad, conlleva un gran riesgo".
25 años de una tragedia
El 28 de enero de 1986, Estados Unidos estaba pegado al televisor pensando en el espacio. La NASA iba a poner en órbita el transbordador Challenger a las 11:38 am hora local. Entre los tripulantes de la vigésima quinta misión se encontraba la Profesora Christa McAuliffe, quien además de haber sido seleccionada como la primera civil en viajar al espacio, lideraba el programa Teacher in Space, el cual fue ampliamente cubierto por los medios de comunicación en aquel entonces.
El día anterior al lanzamiento se habían cumplido 19 años desde que los tres astronautas del Apolo 1murieran durante unas pruebas de lanzamiento, pero el accidente del Challenger fue el primero tras un despegue.
Originalmente, la misión del Challenger debió haber durado siete días, sin embargo duró apenas 73 segundos después del despegue. La tragedia sacudió a un país que veía en directo cómo la nave espacial se desintegraba llevándose por delante la vida de sus siete tripulantes: el comandante Francis Scobee, el copiloto Michael Smith, los especialistas de misión Judith Resnik, Ronald McNair, Ellison Onizuka y Gregory Jarvis, y la profesora Christa McAuliffe.
El accidente segundo a segundo
Aunque en el momento del despegue los espectadores no se dieron cuenta, los expertos de la NASA explicarían luego que a los 0,678 segundos de despegar, ya se apreciaba en las imágenes una pequeña columna de humo gris oscuro cerca del cohete derecho: los anillos de sellado del tanque se estaban quemando. Entre los segundos 0,836 y 2,5, aparecieron ocho columnas de humo más cada vez más negro, hasta que desaparecieron en el segundo 2,733.
Cuando el Challenger llevaba 37 segundos en el aire se topó con un viento cruzado que duró hasta los 64 segundos. El viento creó fuerzas fluctuantes sobre el transbordador a las que el aparato respondió de tal modo que su sistema de dirección fue el más activo hasta la fecha en una misión espacial.
Durante este tiempo (en el segundo 58), apareció la primera llama coincidiendo con una diferencia de presión entre el cohete derecho y el izquierdo, lo que confirmaba que el sellado se había roto. En el 64,660, el fuego había alcanzado el tanque exterior del transbordador, causando una pérdida de hidrógeno.
Cuando empezaba el segundo 72, el desastre ya era del todo inevitable y en el 73,124 todos vieron una gran masa de vapor blanco que salía del tanque exterior. Era el comienzo de un fallo estructural que ponía fin a la vida de los siete tripulantes. Existen versiones no oficiales que la tripulación no murió en la explosión inicial, y que algunos podrían haber estado conscientes hasta el momento del impacto de la cabina con el mar.
Al borde de la jubilación
Aquel funesto día, el presidente Ronald Reagan dirigió a la nación estas palabras: "[Lo que ha ocurrido] es parte del proceso de explorar y descubrir. Forma parte de correr riesgos y expandir los horizontes del hombre. El futuro no es de los pusilánimes, pertenece a los valientes. La tripulación del Challenger nos estaba llevando hacia el futuro, y nosotros seguiremos su camino".
Pero la catástrofe del Challenger no fue la última tragedia del programa de los transbordadores. El 1 de febrero de 2003, el Columbia se desintegró cuando atravesaba la atmósfera al regreso de una misión que había durado 17 días. De nuevo, siete astronautas perdieron la vida.
Sin embargo, a pesar de estos dos dramáticos accidentes, los transbordadores nunca dejaron de volar, y el próximo 24 de febrero está previsto el lanzamiento del Discovery, en la que será la penúltima misión de estas veteranas naves de la NASA antes de su jubilación definitiva.ç
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