Tras el terremoto y posterior tsunami en Japón las autoridades batallan para desplegar un operativo de resguardo masivo a los miles de damnificados. Se calcula que unas 390.000 personas han escapado de las zonas más golpeadas por la catástrofe.
Soldados, médicos, y voluntarios trabajaban intensamente en las labores de rescate. El gobierno planea duplicar el número de soldados en las operaciones a 100.000, según las informaciones.
En las cinco provincias del país se han instalado más de 1.400 refugios de emergencia, muchos de ellos en colegios y locales municipales. Testigos hablaron de personas comprando abundantes provisiones en los supermercados y a otras buscando derrotar al frío con frazadas.
Las autoridades niponas calculan en más de 3.200 las víctimas fatales, aunque han sido identificadas hasta ahora 1.597. Los desparecidos bordean los 1.850. El jefe policial de la prefectura, Naoto Takeuchi, advirtió que el número final será bastante más elevado, dado que aún no se recuperó contacto con más de 10.000 habitantes en la prefectura de Miyagi.
DESPLAZAMIENTO
El terremoto en Japón desplazó 2,4 metros a Honshu la principal isla del archipiélago, según lo estimó el geofísico Kenneth Hudnut a la cadena CNN, citando a su vez el reporte de los medios nipones. Este cambio se pudo percibir en el movimiento de una estación del sistema de navegación Gps y en datos cartográficos.
Ese desplazamiento de 2,4 metros también resultó factible para los cálculos de un sismólogo del Instituto de Geofísica de Estados Unidos, Paul Earle.
A su vez, el geofísico de la Universidad de Columbia, Jim Gaherty, explicó a CNN, que el movimiento telúrico fue "cientos de veces mayor" que el que devastó Haití en enero de 2010.
REPLICAS
Japón levantó la alarma de tsunami para toda la costa pacífica del país. Sin embargo, los sismólogos advirtieron de réplicas de hasta de magnitud 7 en los próximos días y temen otro fuerte terremoto que pueda seguir dañando los reactores de las centrales Fukushima 1 y 2, donde los técnicos luchan para contener una posible fusión de los núcleos. Esto, junto a los problemas surgidos en Onagawa y Tokai.
En tanto, el biólogo italiano Matteo Guerrini, del Consejo Nacional para la Investigaciones, quien vive hace ocho meses en Tokio, dijo a la agencia ANSA que se teme la llegada de lluvia radiocativa, formada con el material nuclear que se desplazó hacia el este en aguas del Pacífico, tras los daños a las centrales nucleares.
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