MADRID, 7 Mar. (Reuters/EP) -
Un científico de la NASA ha informado de la detección de pequeñas bacterias fosilizadas en tres meteoritos, y mantiene que estas formas de vida microscópicas no proceden de la Tierra.
Si se confirma, esta investigación sugiere que la vida en el universo está muy extendida y que la vida en la Tierra pudo haber venido de otros lugares del sistema solar, llegando a nuestro planeta en rocas espaciales como cometas, lunas y otros cuerpos astrales.
El estudio, publicado este fin de semana en la publicación online The Jorunal of Cosmology, se considera tan controvertido que se acompaña de una declaración del editor de la revista buscando otras opiniones científicos.
La afirmación central del estudio del astrobiólogo Richard Hoover es que hay evidencia de la presencia de microfósiles similares a las cianobacterias (en la imagen) -las algas azul y verdes también conocidas como espuma de la charca- en las superficies recién fracturadas del interior de tres meteoritos.
Estas estructuras microscópicas tenían un montón de carbono, un marcador para la vida en la Tierra, y casi carecen de nitrógeno, Hoover dijo en una entrevista telefónica.
El nitrógeno también puede ser un signo de vida terrenal, pero escasez sólo significa que todo el nitrógeno que había en estas estructuras se ha descompuesto en una forma gaseosa hace mucho tiempo, dijo Hoover.
"Sabemos desde hace mucho tiempo que había biomarcadores muy interesantes en los meteoritos carbonosos y la detección de estructuras que son muy similares a las cianobacterias terrestres conocidas es interesante porque indica que la vida no se limita a la tierra del planeta", Hoover dijo.
Hoover, que trabaja en el Marshall Space Flight Center de la NASA en Alabama, se ha especializado en el estudio de formas de vida microscópicas que sobreviven a ambientes extremos, tales como glaciares, el permafrost y los géiseres. No es el primero en reclamar el descubrimiento de la vida microscópica de otros mundos.
En 1996, científicos de la NASA presentaron una investigación que indicaba que un meteorito de 4.000 millones de años encontrado en la Antártida presentaba la evidencia de vida microbiana fosilizada procedente de Marte. El descubrimiento fue recibido inicialmente con elogios y la roca protagonizó una sesión informativa en la sede de la NASA en Washington. Desde entonces, sin embargo, han crecido las críticas a que fuera una prueba concluyente.
La investigación de Hoover podría correr la misma suerte. En una declaración publicada online, el editor en jefe de Journal of Cosmology, Rudy Schild, dijo en un comunicado:
"El Dr. Richard Hoover es un científico muy respetado y un astrobiólogo con un bagaje de prestigio en la NASA. Dado el carácter polémico de su descubrimiento, hemos invitado a 100 expertos y se ha emitido una invitación general a más de 5.000 científicos de la comunidad científica para revisar su trabajo y ofrecer su análisis crítico".
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