EEUU y Rumania han firmado un convenio para colocar en territorio rumano elementos de la defensa antimisiles estadounidense. De acuerdo a ese documento, en la antigua base militar soviética de Deveselu se desplegarán en 2015 un sistema de radares Aegis, un centro de control operativo y varias baterías móviles de antimisiles SM-3.
Bucarest ha tenido planes de emplazar elementos de la defensa antimisiles estadounidense en su territorio a partir de marzo de 2010. En mayo de este año, el presidente rumano Traian Basescu anunció que Washington y Bucarest habían acordado el despliegue del sistema.
En su base de Deveselu, cerca de Caracal, los rumanos están dispuestos a colocar 20 antimisiles y alojar a 200 militares estadounidenses que se ocuparán del servicio y mantenimiento de los mismos. Todos los costos correrán a cargo de Estados Unidos. Washington promete no utilizar los antimisiles SM-3 en los simulacros y dice que serán activados sólo para repeler un ataque real.
Igual que Bucarest, los norteamericanos sostienen que la defensa antimisiles no apuntará contra Rusia. Pero esta moneda tiene dos caras. En cuanto al potencial estratégico de Rusia, éste no se verá perjudicado con el convenio firmado entre EEUU y Rumania, asevera el jefe del área militar del Consejo de Seguridad ruso, Viktor Esin.
De echo, no habrá amenaza para Rusia, dice Viktor Esin. Es ridículo afirmar que de esta manera se lograría devaluar el potencial ruso de disuación nuclear. Este sistema solo es capaz de interceptar misiles de alcance medio. Rusia no los tiene de acuerdo al Tratado INF firmado con los estadounidenses y puesto en práctica ya en el siglo pasado.
Pero no debemos olvidar el aspecto político del asunto. Desde este punto de vista, cualquier acción unilateral en el área de la seguridad obstaculiza el diálogo entre Rusia y Occidente y desvirtua los acuerdos que ya hemos alcanzado para limitar las armas estratégicas ofensivas, indica el presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores de la Duma, Konstantin Kosachev.
Como es sabido, al ratificar el nuevo tratado sobre armas estratégicas ofensivas, Rusia aclaró de manera exhaustiva lo que sería de ese documento en caso de que surgieran escenarios desfavorables en el campo de la defensa antimisiles. Yo creo que el arreglo rumano puede ser calificado como un escenario adverso, dice Konstantin Kosachev.
Dado esto, Moscú ha reiterado nuevamente que espera explícitos compromisos legales por parte de sus socios occidentales, comprobándole que la defensa antimisiles en Europa no apuntará contra los intereses de Rusia, dijo el subdirector del Departamento de Información y Prensa del Ministerio de Relaciones Exteriores, Alexander Boldarev.
Tal como van las cosas, resulta aún más importante obtener de parte de EEUU y la OTAN garantías sólidas y legalmente vinculantes, de que los antimisiles que se desplieguen en Europa, no estarán dirigidas contra las fuerzas nucleares estratégicas rusas. Además es preciso que el Consejo OTAN-Rusia elabore decisiones concretas y eficaces sobre la concepción y la arquitectura de la defensa antimisiles en la región.
Sin embargo, la retórica generalizada que usan los europeos y la OTAN en sus comentarios sobre el particular, indica que simplemente no disponen de una concepción clara y definitiva de su defensa antimisiles. Lo cual no facillita en absoluto el diálogo entre Rusia y Occidente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario