Con el último aterrizaje del transbordador Atlantis el pasado 21 de julio y la salida de circulación de estas naves, nuevos actores empiezan a aprovechar los múltiples nichos que se abren en esta nueva era de la exploración espacial.
Centros de investigación, empresas privadas y varios países ya figuran en la lucha por asumir papeles protagónicos en la conquista y disfrute del cosmos, comenzando por la llamada órbita terrestre baja –ubicada entre los 200 y 1.200 km sobre la superficie terrestre– y hasta misiones hacia partes más lejanas del universo.
Rusia, India, China, Japón y países que integran la Unión Europea son los que más han avanzado en esta pelea. Estados Unidos continúa allí, solo que ya no es el único en la lista.
Ciencia y también turismo. Los nuevos actores son tan diversos como la esencia de las misiones que planean. Los hay simplemente turísticos como Virgin Galactic, que promociona paseos orbitales en naves creadas para que los tripulantes experimenten la ingravidez (por $200.000), así como el hotel Galactic Suite, que ofrece darle la vuelta al orbe en 80 minutos. Este hotel ofrece entrenamiento espacial en una isla tropical por varias semanas y una estadía en el hotel a partir de finales del 2012.
Además de las iniciativas que apuestan por diversión en el espacio, prevalecen los proyectos con objetivos científicos. Así, la Agencia Espacial Europea (ESA) tiene todo un programa dirigido a integrar las aspiraciones de los 18 países que la integran. Recientemente, la ESA se alió con la NASA y la firma Secure World Foundation para desarrollar un plan piloto de desvío capaz de apartar un asteroide en caso de que amenace impactar la Tierra. Esta misión, llamada Don Quijote, consiste en enviar dos naves espaciales a un asteroide cercano a la Tierra. Estas naves son: Hidalgo, que impactaría el objeto, y Sancho, que orbitaría a su alrededor para recopilar información. La misión se llevaría a cabo en el 2015.
Rusia y su agencia Roscosmos también recuperaron su protagonismo espacial pues sus naves Soyuz son ahora las únicas habilitadas para llevar astronautas al espacio. En estos días los viajes de estas naves han sido aplazados, debido a que una sonda no tripulada explotó hace unas semanas durante su despegue. Esta usa el mismo motor de las naves tripuladas, por lo que hasta que se confirme que es seguro, se realizará otra misión con astronautas. Rusia también planea otras misiones de satélites y de la órbita baja de la Tierra, pero no revela aún mayores detalles.
Por su parte, India prevé lanzar su segunda misión hacia la Luna en el 2014 en colaboración con la agencia rusa Roscosmos. Además, el Centro Indio de Investigación Espacial (ISRO) busca lanzar una misión tripulada por dos astronautas en el 2016 (no se ha dicho hacia dónde) y una misión a Marte en el 2030, dijo a AFP su director, S. Satish.
“Los chinos tienen en esos campos un retraso de unos cinco años respecto a India, pero esperan acortar las distancias realizando importantes inversiones”, dijo a la AFP Isabelle Sourbès-Verger, especialista del programa espacial chino.
Japón, que participa en la Estación Espacial Internacional (ISS por sus siglas en inglés) con su propio módulo, el Kibo, desarrolla programas con satélites y globos para observación espacial de la Tierra y protección del ambiente, indica el sitio de la Agencia de Exploración Aeroespacial Japonesa (JAXA).
Ellos trabajan ahora en enviar otra sonda robótica para detectar “sustancias orgánicas o minerales que contengan agua”; es decir, rastros de vida extraterrestre.
Aunque sin viajes tripulados, la NASA acaba de enviar la sonda Juno a explorar Júpiter, y esta semana enviará dos sondas llamadas Grail para investigar el campo gravitatorio de la Luna. En agosto del 2012 ellos esperan que su nueva misión robótica esté llegando a Marte.
De acuerdo con el físico y astronauta costarricense Franklin Chang, otros países que de seguro iniciarán programas espaciales públicos o privados en el mediano plazo son Chile, México, Argentina Colombia y África del Sur.
Por ejemplo, el Gobierno brasileño dijo a AFP que en el 2014 se podrá contar con un cohete propio para colocar en órbita pequeños satélites.
El rol tico.Costa Rica también está en esa lista de nuevos actores espaciales, explica Chang Díaz, quien preside Ad Astra Rocket, una compañía de ingeniería aeroespacial dedicada al desarrollo de tecnologías de propulsión avanzadas.
Según señaló, la culminación de la era de los transbordadores es una coyuntura que abre las puertas de par en par al sector privado como protagonista en el acceso humano a la órbita terrestre baja . “El espacio es hoy un lugar de negocios (...). Ahora la clientela de Ad Astra es global y va mucho más allá de la NASA. Comprende entidades privadas como operadores de satélites, aseguradoras, empresas aeroespaciales y públicas, como agencias espaciales y centros de investigación, en todo el mundo”, concluyó.
Caterina Elizondo
nacion.com
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