El secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, ha calificado este viernes de "una señal de progreso" la entrada en vigor del acuerdo entre Washington y Varsovia -que prevé la instalación de misiles interceptores en territorio polaco- dentro del despliegue del escudo antimisiles de la OTAN en Europa.
El tratado sobre el sistema antimisiles entre EE. UU. y Polonia fue firmado en 2008 y en 2010, un apéndice adicional. Según el documento, que entra en vigor a partir del 15 de septiembre de 2011, se instalará un conjunto de misiles SM-3 en la base Redzikovo, a unos 150 kilómetros de la ciudad polaca de Gdansk, para el año 2018.
Según ha subrayado Rasmussen, "la creación de la base de la defensa antimisiles contribuirá significativamente a la capacidad de la OTAN de garantizar la seguridad de su parte del territorio europeo de una amenaza creciente de proliferación de misiles balísticos".
Washington y Bucarest resolvieron esta semana también el despliegue de elementos del escudo en Rumanía. Después, los norteamericanos y los turcos suscribieron un memorándum para colocar un radar en Turquía.
A pesar de las numerosas peticiones de Moscú, los estadounidenses se han negado a dar garantías legales de que los sistemas no se dirigirán contra Rusia. Ante el despliegue de las instalaciones de la OTAN en Europa, Alexánder Lukashévich, portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, declaró que Moscú se verá obligado a tomar medidas al respecto en caso de no llegar a un acuerdo para que Rusia participe en el escudo antimisiles.
Comunicó: "Notamos cada vez más la falta de avances en nuestro diálogo bilateral, tanto con Washington como con Bruselas, en el marco de la OTAN, lo que resulta preocupante. En cuanto a las medidas de respuesta, hemos dejado claro que en caso de no llegar a un acuerdo en un futuro próximo, Rusia no tendrá otra opción que tomar las respectivas decisiones técnico-militares"
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