Al menos 13 militares estadounidenses de la OTAN han muerto en el ataque suicida perpetrado por un talibán contra un convoy en Kabul, que causó, además, las muertes de otras cuatro personas, según ha confirmado un portavoz de la organización.
El ataque ocurrió en la carretera de Darulaman hacia las 11.20 horas (dos horas y media menos en la Península) cuando un convoy americano circulaba por esa vía.
El terrorista suicida conducía un tunis, nombre con el que se conoce a las furgonetas comunitarias que se utilizan en la capital afgana como transporte público, y lo precipitó contra uno de los vehículos del convoy militar. La explosión fue de tal magnitud que tres soldados americanos murieron casi en el acto, además de tres civiles y un policía, según varios testigos. También hay heridos. Tras el ataque, se levantó una gran columna de humo negro que se podía ver desde kilómetros de distancia.
El lugar donde ocurrió el atentado se sitúa en el oeste de Kabul, una zona donde normalmente no hay atentados porque la mayoría de embajadas y oficinas internacionales se sitúan en la parte este de la ciudad.
Asimismo por la capital en la actualidad es difícil ver vehículos militares extranjeros y, por lo tanto, hacía mucho tiempo que no había atentados contra un convoy de las tropas internacionales. Esto había generado una cierta confianza. Cerca de la carretera de Darulaman hay un centro de entrenamiento de las fuerzas de seguridad afganas, y allí la presencia de militares estadounidenses sí que es habitual.
El ataque suicida más cruento
El ataque ha sido reivindicado por los taliban. La violencia a través de Afganistán está en uno de sus peores momentos desde el comienzo de la guerra hace 10 años, según Naciones Unidas, a pesar de la presencia de más de 130.000 soldados extranjeros.
El secretario estadounidense de Defensa, Leon Panetta, ha expresado ya sus condolencias a los familiares de las víctimas del peor atentado suicida contra las tropas extranjeras desde el comienzo de la guerra en 2001.
Además, un hombre vestido con uniforme militar afgano ha asesinado a otros tres soldados australianos de la OTAN y ha herido a siete más en el sur del país, según la agencia Efe.
Los ataques contra los soldados extranjeros a cargo de falsos soldados o agentes de Policía -en realidad, insurgentes infiltrados- se han convertido en un quebradero de cabeza para las fuerzas internacionales desplegadas en Afganistán.
Un soldado de la OTAN murió el 4 de agosto tiroteado en el este del país por un individuo que vestía un uniforme de la Policía, y en julio un militar británico murió a manos de otro insurgente uniformado en Helmand.
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