La Fuerza Aérea de Japón dejó en tierra más de 200 cazas F-15 después de que a uno de los aviones se le desprendiera su tanque de combustible durante una misión de entrenamiento.
Se podían ver llamas bajo el ala y las partes caídas quedaron diseminadas en puntos cerca a la ciudad occidental de Komatsu.
Es la segunda vez en tres meses que se suspenden vuelos de los F-15. En julio pasado, la flota fue estacionada cuando un avión se estrelló en el este del Mar de la China.
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