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viernes, 4 de noviembre de 2011

El ejercicio militar que casi provoca una guerra nuclear, en 1983


Antes de realizar un experimento o maniobra militar por parte de cualquier país, los protocolos de notificación tienen como fin emitir un comunicado a decenas de países que podrían sentirse agredidos erróneamente. Y aún, en caso de notificar correctamente, puede suceder el caso de que una falla de comunicación dentro de un país, lleve a un malentendido capaz de disparar una situación que deje al mundo a diez minutos de un desastre nuclear. 


Estaríamos contando una historia diferente de no mediar la sensatez para tomar decisiones acertadas en momentos críticos. Al menos, así habría que interpretar el incidente del 25 de enero de 1995. 

Por entonces, un equipo de científicos noruegos y estadounidenses protagonizaron el incidente del cohete noruego (post Guerra Fría) en el que un simple lanzamiento para estudiar la aurora boreal fue interpretado por el sistema de radares de Rusia como una amenaza o ataque por sorpresa. La alarma, pudo llegar hasta el presidente Boris Yeltsin, que según las filtraciones informativas, tuvo se primer experiencia activando las claves que dispararon los sistemas de defensa nuclear. Afortunadamente, y con la información disponible durante los pocos minutos transcurridos sobre la trayectoria del cohete, el gobierno ruso determina que el lanzamiento no suponía una amenaza para el país, llegando a desactivar el sistema de alerta. 


La situación del incidente del misil noruego, no pasa de lo anecdótico comparada con otra desinteligencia, que a partir del 2 de noviembre del año 1983, puso al mundo en la segunda situación más dramática al borde de una guerra nuclear, después de la famosa crisis de los misiles en Cuba. 


El incidente, sucedió durante el ejercicio militar de la OTAN conocido como Able Archer 83,realizados en la zona de Europa Occidental, al norte de la ciudad de Mons, en Bélgica. 

Si en el incidente noruego, la alarma la dispara un lanzamiento de cohete, en la operación Able Archer 83, se intentaba nada menos que simular la reacción coordinada de los países de la OTAN ante un estado de emergencia en el que se activarían los mecanismos de defensa. En la práctica, significaba realizar un despliegue defensivo “teatral” tan realista, que a los ojos rusos, fue interpretado como una situación de amenaza disparando todos los sistemas de alerta nuclear. 


Si analizábamos el cuadro de situación previo, en un pico de paranoia nuclear en donde los soviéticos no esperaban otra situación que un ataque nuclear secreto sobre la URSS, el ejercicio Able Archer 83, debería haberse planeado considerando esos riesgos. 

Varios meses antes, numerosos ejercicios militares desplegados por los Estados Unidos en el Pacífico norte, habían cimentado un clima de tensión inminente. Incluso, algunas de las operaciones, habían llegado a dirigir la flota de ejercicio más grande hasta entonces desplegada, llegando al extremo de orientar un escuadrón de vuelo en línea recta hacia el espacio aéreo soviético, desviados en el último minuto antes de entrar en territorio enemigo. 

Apenas dos meses antes del incidente, se había desatado el desastre del vuelo KAL 007, el avión más buscado de la Guerra Fría. Aún con el confuso episodio del avión siniestrado irresuelto, unos días después, el sistema de alerta de misiles soviético informaba sobre erróneos lanzamiento desde Estados Unidos, que fueron finalmente desestimados por interpretarse como fallos del sistema. Ante la serie de hechos previos y la psicosis reinante, la dimensión del ejercicio Able Archer 83 parecía justificar que todas las fuerzas nucleares y las unidades de aire soviéticas en Alemania y Polonia fueron puestas en alerta, tal como sucedió. 


En momentos en que los servicios de inteligencia soviéticos estaban a la espera de los primeros signos de un ataque nuclear, la OTAN comenzaba a simular uno. Para ello, se llegó a utilizar un nuevo sistema de cifrado en las comunicaciones, que fue detectado por los soviéticos con un aumento explosivo en las comunicaciones. Todas las señales inducían a pensar en un ataque nuclear inminente, alimentados por una serie de procedimientos militares inéditos por parte de la OTAN. 

Ante la amenaza, los responsables militares de la Unión Soviética creyeron que la única oportunidad de sobrevivir a un ataque de la OTAN era adelantarse, disparando los mecanismo defensivos de alerta. El ejercicio, realizado a lo largo de diez días fue subiendo el nivel de alerta soviético a un punto dramático, hasta su finalización el 11 de noviembre, que termina de forma abrupta con la amenaza de una guerra nuclear y dispone el fin del alerta. 

El 8 de noviembre, por su parte, es calificado como uno de los momentos más peligrosos de la historia, cuando altos cargos de la Unión Soviética se convencieron de que estaban a punto de entrar en un ataque nuclear por parte de Occidente. Todo el arsenal nuclear fue puesto por entonces en alerta máxima, a punto para lanzar un ataque completo a modo de represalia en Europa Occidental y Estados Unidos. 


Aunque aún hoy, la información sobre el ejercicio y las reacciones soviéticas permanecen como parte de la información clasificada por parte de Estados Unidos, diversos historiadores registraron declaraciones de funcionarios norteamericanos mostrándose sorprendidos por el nivel de reacción soviética ante el ejercicio. Por el otro bando,una única fuente soviética (el agente Oleg Gordiesky) fue la responsable de hacer público detalles sobre el incidente Able Archer 83 y las reacciones. 


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