Para 2025 las Fuerzas Aéreas de Rusia deben recibir un nuevo bombardero estratégico de largo alcance. Este avión se diseñará con el uso de la tecnología de invisibilidad.
Se trata del proyecto de un aparato de nueva generación que pueda portar todos los tipos de armas que existen hoy y los que sean puestos al servicio de la aviación de largo alcance en el futuro. El tiempo de su puesta al servicio está determinado por el agotamiento del recurso de los actuales gigantes Tu-160 y Tu-95. El supersónico Tu-160 fue creado como medio de destrucción con armas nucleares y convencionales de importantes instalaciones en regiones alejadas y en la retaguardia lejana de teatros de operaciones continentales. El subsónico Tu 95 se explota ya durante medio siglo. Algunos expertos consideran que el nuevo bombardero debe ser algo intermedio entre Tu-160 y Tu-95. No obstante, en opinión del redactor jefe de la revista “Defensa Nacional” Igor Korótchenko, es poco posible tal cosa. Según él, no habrá ningún híbrido entre Tu-95 y Tu-160, porque son aviones de diversas generaciones.
En lo que se refiere al futuro bombardero, será un avión polivalente. Podrá emplear asmas nucleares, así como, a raíz de su carácter polivalente, participar en conflictos con el uso de armas convencionales. Tal universalismo es exigencia obligatoria que se presenta a los bombarderos estratégicos modernos. Una cuestión importante, por no decir prioritaria, es qué motor necesita tal aparato. Se emitía el supuesto de que sea el motor base del caza rusa de quinta generación T-50. Pero es poco probable, replica Igor Korótchenko.
El motor que se usa en cazas, no conviene para un bombardero moderno de largo alcance. Son propulsores de diversa clase y tienen diferente tracción. Tendrá que diseñar un motor nuevo para el bombardero en cuestión, posiblemente aprovechando el proyecto tecnológico del Tu-160. En lo que concierne a los regímenes de vuelo subsónido y supersónico, esta demanda es igualmente aplicable a cualquier avión de combate moderno. Al propio tiempo, importa resaltar que el bombardero moderno tendrá un régimen de vuelo supersónico. Quiere decir que el paso a la velocidad supersónica se efectuará en régimen normal, sin forzamiento.
El nuevo aparato, a todas luces, recogerá todo lo avanzado que se empleó en el Tu-160. A la vez, se emplearán más ampliamente las tecnologías modernas, entre ellas la tecnología stels. Es evidente que se tomará en cuenta la experiencia que acumule Rusia durante la proyección y fabricación en serie de cazas de quinta generación, sobre todo en materia de sistemas radioelectrónicos, equipamiento radar de a bordo, composición de componentes e “intelecto” de la cabina del piloto.
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