Corina Vasilopoulou. Atenas. ‘Die Zeit’ denuncia que su industria bélica espera una nueva inyección económica a Grecia para cerrar contratos. Portugal es el mayor comprador de armas alemanas.
Aunque Grecia esté atravesando la peor crisis económica de las últimas décadas y esté sometida a un programa de ajuste muy duro, hay sectores que siguen aprovechando. El resultado de la rivalidad con Turquía y de la división de Chipre ha sido que Grecia tenga una máquina militar desproporcionada con su tamaño. Entre 2001 y 2003, por ejemplo, el gasto militar medio alcanzaba el 4,4% del presupuesto, el doble del gasto medio de todos los países de la OTAN.
En 2012 la austeridad empieza a afectar a los gastos militares. Así, Grecia gastará 4.200 millones de euros para su defensa, un 11,6% menos que el año anterior.
Pero la austeridad no es siempre lo que parece. Mientras la troika pide el despido de decenas de miles de funcionarios y la disminución del sueldo básico, hay sectores militares que esperan que Grecia reciba una nueva inyección de dinero para comprar armamento. “Si Grecia recibe en marzo la próxima dosis de ayuda económica de unos 80.000 millones de euros, habrá oportunidad de firmar nuevos contratos para la compra de armamento militar”, escribía hace unos días el diario alemán Die Zeit repitiendo las palabras de un personaje muy influyente del sector militar que hablaba bajo anonimato y habría calculado muy bien lo que falta para la renovación del armamento griego: “Sesenta aviones Eurofighter por 2.900 millones de euros, fragatas francesas por 4.000 millones y barcos de patrulla por casi 400 millones”.
Con el título “Bellas armas para Atenas” (“Schone Waffen fur Athen”), el reportaje del prestigioso diario alemán ponía en evidencia la hipocresía de la política alemana: Grecia, a punto de la quiebra, sería el mejor cliente de las armas alemanas después de Portugal, otro país rescatado por la troika. Y Alemania, el gran defensor de la austeridad para los “vagos del Sur”, olvidaría sus principios cuando se tratara de vender sus productos bélicos.
Es evidente lo que sucedió en 2010: Grecia firmaba con una mano un acuerdo económico muy duro con el FMI, el BCE y la Comisión Europea para su rescate y con la otra los contratos con Alemania y Francia para la compra de armamento militar. Eso provocó la crítica muy dura del eurodiputado verde Daniel Cohn-Bendit, que tachó de hipócritas a los socios europeos.
“Grecia sufrió una presión muy fuerte, sobre todo de Alemania, que amenazaba con cerrar el astillero de Scaramangas, del que los alemanes son accionistas importantes”, comenta Pascalis Coroneos, periodista en el diario griego Eleftherotypia y especialista en temas de Defensa. El astillero de Scaramangas, al Oeste de Atenas, es el más grande y antiguo del país y cuenta con unos 1.000 trabajadores. “En medio de la crisis económica, Grecia compró dos submarinos alemanes, mientras sigue las negociaciones que empezaron durante el Gobierno de Costas Caramanlis (2004-2009) para la adquisición de fragatas francesas”, añade el periodista griego. “Pero tengamos presente que la compra es sólo un 25% o 30% del gasto total para el país. Luego se gasta mucho más dinero para el mantenimiento del material”.
“El presupuesto militar de los años 2009- 2012 es inferior al 37% del presupuesto de los cuatro años anteriores”, comenta Stelios Lefkovitz, portavoz del ministro de Defensa Dimitris Avramopoulos. Cuando le comentamos que incluso así el gasto militar sigue siendo gigantesco para estos tiempos de austeridad, el portavoz contestó: “Nosotros hemos recibido un presupuesto preparado por el Gobierno anterior. No se debe olvidar esto”.
La respuesta del portavoz se puede entender. El ministro Avramopoulos viene del partido de centro-derecha Nueva Democracia y su líder, Antonis Samaras, aunque dio su beneplácito para la formación del Gobierno interino de Lucas Papadimos, repite siempre que su partido “vigila, pero no cogobierna”, intentando evitar el desgaste político a la vista de unas elecciones anticipadas.
Aunque la nueva jefatura en el Ministerio de Defensa “no tiene nada que ver con el presupuesto”, intenta “darle unos toques razonables, sin que estos afecten a la capacidad operacional”. Por ejemplo, recortar los salarios un 9% o 10%, eliminar ayudas, facilitar las prejubilaciones, recortar el pago de proyectos militares a 40% (que tienen que ver con obligaciones de años anteriores). En 2012, el Ministerio de Defensa no firmará ningún contrato nuevo, pero sí gastará 1.000 millones de euros para recibir nuevo material militar, cumpliendo así con contratos ya firmados. El portavoz Stelios Lefkovitz no sabe todavía decir cuáles serán.
Además, el Ministerio de Defensa, por primera vez en muchas décadas, cuenta con cuatro dirigentes en total, más que en tiempos de guerra. Un ministro, un ministro adjunto y dos viceministros (dos personas más que en el Gobierno de Yorgos Papandreu) que representan a los tres partidos que apoyan el Ejecutivo de Papadimos: Pasok (socialista), Nueva Democracia (centro-derecha) y Laos (extrema derecha). A la pregunta de para qué sirven tantos dirigentes, el portavoz afirma: “Esa fue una decisión del Gobierno y del primer ministro. Yo no puedo comentar nada más”.
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