20 FEB 2012 | Sergio Mena
Varias organizaciones internacionales denuncian que las potencias occidentales, entre ellas España, incumplen las leyes que limitan la venta de armas a países en zona de conflictos.
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El pasado lunes 13 de febrero una fotografía ilustraba en los medios de comunicación nacional el despliegue de las fuerzas iraníes en la zona del Estrecho de Ormuz. Los soldados, en clara pose ante el fotógrafo, blanden sus armas en actitud amenazante. Cada uno de ellos apunta con un rifle Heckler & Koch G3-A4 de fabricación iraní pero que recuerda demasiado a los famosos CETME L que usaban las fuerzas armadas españolas.
El caso no es único. Pakistán, Angola, Uganda, Chad o Bahréinson algunos de los países en los que también se han dejado ver estas armas desarrolladas en colaboración con empresas locales o, directamente, vendidas a los gobiernos, sean del tipo que sean y estén en la situación en la que estén.
Para evitar los flujos de armamento en zonas de conflicto, los parlamentos de los países productores -occidentales todos ellos- han regulado para limpiar sus conciencias por un lado pero sin dejar de promover los beneficios que les reportan las ventas del sector.
El Congreso español, por ejemplo, aprobó la Ley 53/2007 que determina en qué condiciones España puede exportar material de defensa y de doble uso. Dicha ley indica que está prohibido "exportar armas que puedan provocar o prolongar conflictos armados, así como agravar tensiones existentes o conflictos en el país comprador". Sin embargo, algunas organizaciones internacional han denunciado que no se cumple a rajatabla.
Inversión en I+D+i
Amnistía Internacional, Intermón Oxfam, Fundació per la Pau, Greenpeace, o el Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria (IECAH) se han quejado en reiteradas ocasiones de que existe "un elemento de incoherencia entre la política exterior cuando se quieren manejar valores y principios, y la política comercial", según Jesús Núñez, director del IECAH.
El gasto en España en I+D+i se prevé que caiga hasta el 1,33% en 2012 y de él, más del 11% se dedica a inversión en defensa. De esa partida sale la venta de armas a terceros países tanto de material de uso exclusivo militar como de doble uso -que también puede ser utilizado por la policía-. Según los datos de la Secretaría de Estado de Comercio en años recientes y con la crisis ya instalada, el sector armamentístico español ha visto subir su factura hasta en un 44%.
Clientes
Entre los países de "especial sensibilidad" destacan las ventas a Israel, a la que España surte con un ámplio stock que va desde cartuchos de escopeta hasta torretas de tanques. También llama la atención la venta de "bombas, torpedos o cohetes" por más de tres millones de euros a Libia en 2008, tres años antes de que fueran usadas contra la población civil y contra el país que se las vendió.Irán, a la que España no ha vendido nunca material nuclear, es la primera compradora de material de doble uso. Solo entre 2005 y 2010 abonó 162 millones de euros.
Gran Bretaña, la mayor potencia militar de Europa, calca en la situación a España. Su mayor cliente es Argelia, a quien ha vendido directamente más de 250 millones de euros en material militar. Sin embargo, su mayor comprador de armas de doble uso es Irak, con un gasto de 460 millones de euros, seguido muy de cerca con Irán, con 424 millones.
Y claro, Estados Unidos, el mayor productor mundial de armamento, tiene entre sus compradores más selectos algunos de los países más expuestos en la actualidad a vivir un conflicto armado. Su gran socio en Medio Oriente, Israel, se deja cada año más de 3.000 millones de euros en compras de material bélico a Washington.
Según William D. Hartung, autor de un informe sobre derechos humanos, "Estados Unidos no puede pedir respeto por los derechos humanos y armar a los que no los respetan al mismo tiempo". Se refería a las ventas a Estados como Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait, Egipto, Colombia, Omán, Marruecos, Yemen y Túnez.
Rusia, que tiene en Siria e Irán dos de sus mayores compradores de armamento, no ve con buenos ojos que las potencias occidentales les quiten mercado. Solo el mes pasado, el régimen de Assad se dejó más de 600 millones de euros en la compra de una escuadrilla de aviones de combate rusos.
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Pero la opinión pública comienza a estar sensibilizada con la situación. Algunas iniciativas, como el grupo de Facebook "Que se sepa que España vende armas a Israel y manda tiritas a Palestina" tiene más de 10.000 seguidores y actualiza los datos y las cifras de las ventas de armas españolas en esa zona del mundo. Y el crecimiento de sus fans crece de manera exponencial.
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