Los organizadores de los Juegos Olímpicos de Londres 2012 los califican como los “juegos verdes”, un monumento a las mejores prácticas ecosostenibles en el mundo del deporte.
Pero el Gobierno de Vietnam dice que los organizadores deberían decirle eso mismo a los cientos de niños nacidos en su país con labio leporino, deficiencia mental, hernias o cáncer de pulmón, laringe y cáncer, o sin alguna articulación o dedos de más en los pies y en las manos.
Vietnam se sumó a principios de mayo al creciente grupo de personas que protestan contra los patrocinadores de las Olimpiadas de este año, a quienes acusan de “dar un lavado verde” a sus viejos pecados.
En una carta enviada al Comité Olímpico Internacional (COI) en Lausana, el ministro de Cultura, Deportes y Turismo de Vietnam se queja de que el organismo haya dado luz verde a Dow Chemical como uno de los grandes patrocinadores del evento deportivo.
Dow produjo casi una tercera parte de los 80 millones de litros del defoliante agente naranja que las fuerzas de EEUU esparcieron por el sur de Vietnam durante la guerra civil.
La Cruz Roja de Vietnam calcula que unos tres millones de vietnamitas han sido afectados por este agente venenoso, incluyendo 300.000 bebés que nacieron con malformaciones.
El Ministerio de Asuntos Exteriores de Vietnam cree que son muchos más. Asegura que 4,8 millones de personas fueron expuestas al agente naranja, lo que provocó 400.000 muertesy heridos y unos 500.000 bebés nacidos con defectos, muchos de los cuales aún nacen hoy en día, cuatro generaciones después.
El agente naranja “destrozó el medio ambiente, se cobró las vidas de millones de vietnamitas y dejó secuelas terribles en otros millones de personas, que ahora sufren enfermedades increíbles. Cientos de miles de niños de cuartas generaciones han nacido con serias deformaciones congénitas”, explica en su carta al COI el ministro vietnamita de Cultura, Deportes y Turismo, Hoang Tuan Anh.
“Dow Chemical ha mostrado indiferencia y se ha negado a compensar a las víctimas del agente naranja, así como a limpiar las áreas contaminadas. Dow también continúa destruyendo el medio ambiente. En 2010 la Agencia de Protección Medioambiental de EEUU indicó que Dow era el segundo mayor contaminante del mundo”, añade la carta.
Vietnam ha presentado sin éxito demandas legales contra Dow y otros fabricantes del agente naranja ante los tribunales de EEUU.
Pero los activistas dicen que el estado comunista, que calcula que la guerra provocó la muerte de dos millones de civiles, se encuentra en un atolladero legal, ya que los productores del agente naranja culpan al Gobierno de EEUU de su uso y la inmunidad soberana protege a Washington de ser perseguido en los tribunales de su país.
Y esto pese a resoluciones de la ONU introducidas desde 1966 en las que se dice que EEUU estaba violando el Protocolo de Ginebra en el uso de armas químicas y bilógicas.
Un tribunal de Manhattan dictaminó en 2007 que aunque los herbicidas contenían un veneno conocido, no estaban destinados a ser utilizados contra los humanos. Le sentencia establece que como no había “intención de envenenar a humanos”, el agente naranja utilizado en Vietnam no se puede considerar un arma química que violase la ley internacional.
Helicópteros y aviones de EEUU fumigaron cerca del 20 por ciento del sur de Vietnam con defoliantes durante un periodo de 10 años.
El objetivo era dejar sin vegetación las junglas en las que se protegían los vietnamitas del norte y así limitar su acceso a los suministros de alimentos. Un objetivo del que se ha hablado menos era también obligar a los vietnamitas rurales simpatizantes con el Gobierno de Hanói a huir hacia ciudades controladas por EEUU en lo que entonces era Vietnam del Sur.
Millones de hectáreas de tierras de cultivo fueron destrozadas, lo que provocó la llegada aSaigón de millones de migrantes rurales pobres y generó serias crisis sanitarias y alimentarias en la ciudad.
“Resulta irónico que se le permita a Dow patrocinar eventos deportivos, incluyendo los Juegos Paralímpicos, cuando es responsable de varias generaciones de niños con serias discapacidades y se niega a hacer nada para ayudarles”, escribe en un e-mail el portavoz de la Asociación de Víctimas del Agente Naranja en Vietnam.
“Permitir que esa compañía patrocine los Paralímpicos, un evento de magnitud global, es una afrenta a la conciencia humana”.
Dow, el COI y el Comité Organizador de Londres 2012 no ha querido hacer comentarios para este reportaje.
Dow Chemical cerró un acuerdo de 10 años en 2010 con el COI. El contrato establece que la empresa con sede en EEUU pague 100 millones de dólares cada cuatro años, como uno de los patrocinadores principales de los Juegos de Verano, Invierno y Paralímpicos.
Dow ha calculado que su patrocinio le generará un aumento de ventas en torno a 1.000 millones de dólares, al promocionar (irónicamente) productos amables con el medio ambiente. Además, sostiene que seguirá adelante con su compromiso para crear un plástico decorativo especial que recubrirá el Estadio Olímpico de Londres antes de la ceremonia inaugural, así como asientos especiales.
Ha sido precisamente el contrato por valor de 11,25 millones de dólares firmado por Dow para construir los 336 paneles gigantes que formarán el envoltorio decorativo del estadio, lo que ha disparado la polémica.
La Comisión para un Londres 2012 Sostenible, un organismo de vigilancia que supervisa las credenciales ecológicas del evento, sufrió un duro golpe cuando la comisionada Meredith Alexander presentó el mes pasado su renuncia en protesta por el contrato con Dow.
Los activistas creen que Dow también tiene otras responsabilidades civiles pendientes relativas al desastre de Union Carbide en 1984 en Bhopal, la India, un accidente que causó 20.000 muertos y serias heridas a miles de personas. Dow compró posteriormente Union Carbide, y sostiene que no es responsable por los daños del mortalescape de gas de hace casi tres décadas.
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