Moscú, 9 may (EFE).- Más de 14.000 uniformados de todas las armas de las Fuerzas Armadas de Rusia participaron hoy en la tradicional parada militar en la plaza Roja de Moscú con motivo del 67 aniversario de la derrota del nazismo en la Segunda Guerra Mundial.
Abrieron el desfile la bandera estatal de la Federación de Rusia y la bandera de la Victoria, como llaman el estandarte que hace 67 años fue izado sobre el Reichstag en Berlín.
Tras el recorrido de tropas y los informes al ministro de Defensa, Anatoli Serdiukov, y al comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, el jefe de Estado pronunció un breve discurso en el que destacó la gesta heroica de aquellos que derrotaron el nazismo y tendió un paralelo con la actualidad.
"Quiero destacar que el estricto cumplimiento de las normas internacionales, el respeto de la soberanía estatal y la elección autónoma de cada pueblo es una de las garantías incondicionales de que la tragedia de la pasada guerra no se repetirá", dijo Putin al inaugurar la tradicional parada militar en la plaza Roja.
De este modo el presidente ruso aprovechó los festejos del aniversario de la derrota de la Alemania nazi para reiterar la posición de Rusia en contra de la injerencia en los asuntos de estados soberanos, en particular en Siria.
Rusia, dijo, "aplica con perseverancia la política de consolidación de la seguridad mundial, y tenemos el derecho moral de defender con insistencia nuestros enfoques de principio por cuanto fue nuestro país el que resistió el golpe del nazismo... superó las duras pruebas, determino el desenlace de la guerra".
Más de 100 unidades de material bélico pasaron hoy por la plaza Roja.
Los primeros en recorrerla fueron los carros blindados "Tigr", seguidos de los transportes acorazados BTR-80, los carros de combate T-90 y los obuses autopropulsados Msta-C".
Les siguieron las fuerzas de defensa aérea, con los sistemas de cohetes Buk M2 y las baterías Pantsir-C (Coraza), seguidas por los novísimos sistemas antimisiles C-400 "Tirunf", que ya protegen los cielos de Moscú.
Seguidamente ante las tribunas, al pie de la muralla del Kremlin, pasaron los cohetes tácticos Iskander M, con los que Rusia amenaza destruir en caso de necesidad los elementos del escudo antimisil de Estados Unidos en Europa.
Por último, pasaron por la plaza Roja los cohetes nucleares intercontinentales Tópol M.
Para no dañar las calzadas de la capital las orugas de las máquinas de combate por primera vez iban recubiertas de goma.
Tras toda una noche de lluvia el cielo sobre Moscú permaneció despejado gracias al "bombardeo" de las nubes con sustancias especiales que llevaron a cabo de madrugada 10 aviones Antónov An-12 y An-24 especialmente equipados. EFE
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