CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24) - Según la publicación del New York Times, un grupo de empleados de la CIA se encuentra en Turquía, no lejos de la frontera siria, y ayuda a definir a qué grupos opositores es razonable suministrar armas. La información tiene fuente en el gobierno de USA.
"Según los datos de un alto cargo estadounidense, los oficiales de la CIA se encuentran en el sur de Turquía desde hace algunas semanas. Una de sus tareas es asegurarse que las armas que se suministran a los rebeldes sirios no resulten en manos de Al Qaeda u otros grupos terroristas", en palabras del funcionario que recoge la publicación.
El periódico subraya que el mismo USA no suministra armas a los adversarios de Bashar al Assad. No obstante, las fuentes del New York Times aseguran que los empleados de la CIA controlan y ayudan al reparto de las armas y munición de guerra, comprados con el dinero de Turquía, Arabia Saudí y Qatar, a los opositores sirios.
Estas armas entran en Siria en general a través de la frontera turca. Para esto se usa una red secreta de mediadores. La fuente afirma que a los rebeldes sirios se les suministran fusiles, lanzagranadas, municiones de guerra y armas que se aplican contra tanques. "En la Administración de Obama precisaron que no suministran armas a los rebeldes sirios, pero reconocieron que algunos vecinos de Siria lo hacen", dice el periódico.
USA y Reino Unido están dispuestos ofrecer a Bashar al Assad, clemencia y garantizar un paso seguro, para impulsar una conferencia para la transición política en el país árabe. La información fue publicada por el periódico "The Guardian" y cita a fuentes diplomáticas de Gran Bretaña. Según el rotativo, esta decisión viene tras el encuentro de Barack Obama y David Cameron conVladimir Putin en el marco de la Cumbre del G-20, que tuvo lugar en México. Sin embargo en su discurso en la misma conferencia el presidente ruso destacó que el destino del país debe ser determinado por su población.
Rusia también interviene
La firme posición de Moscú contra cualquier forma de intervención occidental en Siria recibió esta semana un duro golpe con el anuncio por parte del Reino Unido de la interceptación en sus costas de un buque ruso cargado de helicópteros de ataque y misiles con destino a Siria.
El Ministerio de Exteriores británico confirmó ayer la información publicada el fin de semana por el diario The Daily Telegraph, poco antes de que el titular de la cartera, William Hague, anunciara en la Cámara de los Comunes que un barco que transportaba helicópteros para el régimen de Bashar al Asad "ha regresado" a Rusia.
El Alaed MV, propiedad de la naviera rusa Femco y con bandera de Curaçao, había estado navegando por el mar del Norte después de presuntamente recoger un cargamento de municiones y helicópteros MI25 - los llamados "tanques voladores"- en el puerto báltico de Kaliningrado. La compañía aseguradora británica Standard Club retiró al buque la licencia para navegar a instancias del Gobierno cuando estaba a unas 50 millas de las costas de Escocia, según la BBC. El 13 de junio ya el Gobierno holandés estaba sobre aviso sobre su trayectoria y cargamento.
Washington pidió a Londres ayuda para detener al Alaed según The Daily Telegraph. La solicitud tuvo lugar después de que la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, acusara la semana pasada a Rusia de continuar armando el régimen sirio y revelara que estaba en marcha el envío a Siria de un lote de helicópteros de ataque.
Según varios medios británicos y holandeses, el carguero se dirigía al Mediterráneo con destino el puerto sirio de Tartus, donde está la base naval rusa.
Para los analistas, los argumentos del Kremlin en contra de la intervención extranjera en el conflicto pueden ser cuestionados ahora por los occidentales ante las pruebas de la injerencia directa rusa. No solo por el Alaed si no por los dos buques de guerra rusos que han puesto rumbo a Tartus.
El secretario de la ONU, Ban Ki-moon, volvió a pedir ayer más presión sobre Damasco por parte del Consejo de Seguridad, antes de que el jefe de los cascos azules en Siria, el general Robert Mood, presentara anoche un informe sobre su decisión de suspender su misión ante el aumento de los combates.
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