Los soldados australianos desplegados en Afganistán y sus homólogos del país asiático mantienen "constantes tensiones, aunque razonables", según una investigación de Defensa divulgada en Camberra. La investigación se centraba en la muerte del cabo australiano Andrew Jones en mayo pasado a consecuencia de varios disparos hechos por un soldado del ANA en la base de Tarin Kot, en la provincia de Oruzgán, cuando ambos se encontraban de guardia.
Estas pesquisas revelaron que a pesar de que "hay una relación fuerte y viable entre las fuerzas afganas y australianas", también hay vestigios de constantes tensiones, aunque razonables, en las bases de patrulla, generalmente debido a aspectos culturales", dijo el subjefe de la Fuerza Aérea australiana, Mark Binskin, según la emisora local ABC.
Binskin explicó que la investigación también reveló que el asesinato del cabo Jones fue producto de "un acto cobarde" y acotó que este incidente, sin testigos, no pudo ser prevenido debido a la ausencia de informes de inteligencia que alertaran del ataque. "No había indicaciones de cualquier provocación que derivara en este incidente", manifestó Binskin.
El Ministerio de Defensa de Australia también investigó la muerte el año pasado en incidentes separados de otros dos soldados, Brett Wood y Todd Langley, pero no ha revelado sus conclusiones. Australia tiene desplegados actualmente unos 1.500 militares en Afganistán, donde participan desde 2001 en operaciones de combate y formación de las fuerzas de seguridad afganas bajo el mando de la OTAN, el mayor contingente fuera de la Alianza Atlántica.
La OTAN tiene previsto traspasar por completo la responsabilidad sobre la seguridad de Afganistán al Gobierno de ese país a finales de 2014, aunque mantendrá un papel de apoyo y seguirá con las operaciones de entrenamiento.
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