Por Diego Salama - Periodista Invitado - 9/06/2012
La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) es una alianza intergubernamental fundada durante la Guerra Fría para contrarrestar iniciativas militares de la Unión Soviética y crear un escudo Europeo. Tras la caída de la Unión Soviética, esta organización ha tenido que rediseñar sus objetivos, su alcance y su futuro. Esta transición, que ha buscado expandir las capacidades de la OTAN más allá del área Euro-Atlántica hacia Medio Oriente y el Sud Este Asiático, resultó ser un proceso complejo puesto que los diferentes Estados miembros tienen diferentes puntos de vista sobre las competencias que debe tener la Alianza.
Por un lado, están países como Reino Unido, Estados Unidos que consideran que la OTAN debe expandir sus fronteras; por otro lado, están países que se unieron a la Alianza en busca, solamente, de la protección que el Artículo 5 del Tratado de Washington contiene, el cual establece que un ataque a un miembro de la Alianza representa un ataque a todos los miembros; por lo tanto, no tienen interés alguno en la expansión de los horizontes de la OTAN. Como dentro de toda organización internacional, no existe total consenso entre los miembros sobre el futuro.
La experiencia de los Aliados en Afganistán ha sido muy complicada y muchos de los Estados miembros han presionado para finalizar esta operación. Desde 2011 está desplegada la Fuerza Internacional de Asistencia y Seguridad (ISAF en inglés), la cual ha sufrido 2.853 fatalidades y no ha cumplido del todo su objetivo: estabilizar Afganistán.
Lo interesante es que la campaña contra Muamar Gadafi, le ha proporcionado un renacimiento a la utilidad de la Alianza puesto que, militarmente hablando, la operación ha sido exitosa. Sin embargo, esta última misión ha demostrado las falencias militares Europeas. Si bien Estados Unidos no estuvo a cargo de la mayor parte de los bombardeos, los aliados han tenido que depender de Washington en la recopilación de inteligencia, identificación de objetivos y en la coordinación general de la operación. Está claro que Europa depende, en términos militares, casi completamente de Estados Unidos.
Si bien hay mucha críticas posibles que uno puede realizar a la OTAN post Guerra Fría, es importante tener en cuenta contra qué se mide la importancia y los éxitos de la misma. ¿Cuáles son las otras alianzas que buscan proyectar seguridad en el mundo? La respuesta es que no hay ninguna organización militar que se haya siquiera acercado a tener una estructura similar a la de la OTAN.
La Organización ha estado desarrollando su nuevo concepto estratégico, los Jefes de Estado de la Alianza acaban de reunirse en Chicago y han reafirmado el compromiso que tienen con mantener una OTAN sólida y capaz de proyectar y exportar seguridad. Mediante la Alianza Estados Unidos y Europa pueden cooperar y trabajar juntos, si bien tienen desacuerdos constantemente, la OTAN sirve como un foro de diálogo militar constante y tiene una estructura que permite a sus miembros actuar de manera rápida y coordinada, cuando así lo deseen.
La OTAN tiene futuro puesto que hay asuntos en la agenda de los Aliados que tienen mucha relevancia hoy, como ser el sistema de defensa anti misiles, asunto que puede complicarse con Putin de nuevo en el poder en Rusia.
Si bien la Alianza tiene que lidiar con la reducción dramática de los presupuestos en defensa, por parte de los miembros europeos, y la ausencia de consenso sobre cuál debe ser el rol de la OTAN hoy en día, esta organización tiene mucho futuro por delante.
El autor estudia Relaciones Internacionales
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