El 6 de agosto de 1945, cuando estaba a punto de terminar la Segunda Guerra Mundial, una bomba de uranio llamada “Little Boy” fue lanzada por el mítico avión Enola Gay sobre Hiroshima (Japón) y causó más de 100.000 muertes, además de destruir la ciudad. Explotó a 590 metros de altura, liberando una energía equivalente a 13 kilotones (13.000 toneladas) de TNT. Tres días después se dejó caer sobre Nagasaki una bomba de plutonio llamada “Fat Man”, con resultados comparables. Ambas órdenes las dio Harry Truman, presidente de Estados Unidos.
Previamente, la primera bomba atómica había sido ensayada en el desierto, en Nuevo México, el 16 de julio. El calor generado por la explosión vaporizó la torre de acero de 30 metros de altura sobre la cual se había colocado la bomba y fundió la arena de varias hectáreas alrededor de ella.
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