Dos soldados israelíes fueron condenados este domingo por haber obligado a unniño palestino de nueve años a abrir bolsas que consideraban sospechosas de ocultar explosivos durante la operación Plomo Fundido en Gaza, a finales de 2008.
Un tribunal militar declaró a los soldados, pertenecientes a la brigada Givati, culpables de "abuso de la autoridad en un modo en que pone en peligro la vida", informó el servicio de noticias israelí Ynet. El Ejército declinó por el momento comentar o informar sobre la sentencia. Aún no se ha fijado la pena, que podría ser de hasta tres años de prisión.
Durante el juicio, los soldados condenados declararon sentirse "traicionados por el Ejército" de su país
Según los hechos probados, los soldados obligaron al pequeño a abrir varias bolsas y maletas que encontraron en un edificio situado en el barrio de Tel Al Hawa, que sospechaban podían haber sido colocadas allí por milicianos y contener explosivos.
El menor abrió varias de las bolsas y distribuyó por el suelo su contenido, pero cuando llegó a la última le entró miedo y se negó a hacerlo, por lo que los soldados la sacaron del edificio y dispararon sobre ella, tras lo que el niño fue devuelto a su madre.
Durante el juicio, los soldados declararon sentirse "traicionados por el Ejército" y atribuyeron su condena a la voluntad israelí de calmar las demandas internacionales contra la actuación del Ejército.
El juez sudafricano Goldstone determinó que durante la operación "Plomo Fundido", que duró 22 días en los que murieron más de 1.400 palestinos (en su mayoría civiles) y 13 israelíes, tanto el Ejército israelí como el movimiento islamista palestino Hamás cometieron violaciones de los derechos humanos. Padres y amigos de los soldados condenados se presentaron ante el tribunal con camisetas en las que se leía "Todos somos víctimas de Goldstone"
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