Días después de criticar la aparición en el mar Negro de un buque estadounidense equipado con un sistema antimisiles, Rusia volvió a indignarse por las evoluciones de la nave, en concreto por su atraque en un puerto de Georgia.
El crucero Monterey, provisto del sistema antimisiles balísticos AEGIS, fue desplazado al mar Negro para participar en ejercicios navales con países de la región como parte del plan estadounidense para desarrollar un sistema antimisiles global.
“El Ministerio ruso de Relaciones Exteriores ya expresó anteriormente su preocupación por el hecho de que durante las negociaciones sobre la cooperación [ruso-norteamericana] sobre defensa antimisil se realizara un reconocimiento de facto en la proximidad inmediata de nuestras fronteras. Pero en esta ocasión dicho buque de combate entró en el puerto georgiano de Batumi de forma ostentosa”, dijo el ministerio.
La diplomacia rusa añadio que no se trata de la única visita efectuada por naves de guerra estadounidenses a Georgia, y recordó que el crucero lanzamisiles Anzio ya hizo una escala en Batumi el pasado 9 de junio. Asimismo, el comunicado del ministerio evocó el abastecimiento de ´ayuda humanitaria´ que llevaron a cabo buques de combate norteamericanos por orden de la administración Bush tras la ofensiva de Georgia contra Osetia del Sur de agosto de 2008, agresión que fracasó cuando Rusia intervino para proteger al pueblo surosetio.
“Cualesquiera que sean los objetivos de semejante maniobra está claro que incentivará las ambiciones revanchistas del poder georgiano en torno a los aliados rusos – Abjasia y Osetia del Sur – y por ello impedirá el fortalecimiento de la estabilidad en la región”, recalca el ministerio a través de su comunicado.
Este mes Rusia protestó la llegada de Monterey al mar Negro para participar en ejercicios con su otro vecino, Ucrania, y tachó su navegación por esas aguas de amenaza para su seguridad.
La primera fase del programa “gradual adaptable” para la construcción de la parte europea del sistema global antimisiles diseñado por EE. UU., contempla el despliegue en el Adriático, el Egeo y el Mediterráneo de un grupo de buques estadounidenses destinados a proteger a los países del sur de Europa contra posibles ataques de misiles desde “Estados parias”, como Irán y Corea del Norte.
Según la versión oficial estadounidense, esos buques podrían entrar también en el mar Negro en caso de que fuera necesario, por ejemplo si se agravase la situación en la región.
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