La causa más probable del accidente de avión ocurrido la noche del en el noroeste de Rusia, en el que 44 personas murieron y otras ocho resultaron heridas, es un error del piloto, según afirmó ayer el viceprimer ministro ruso, Sergei Ivanov. «Con los datos iniciales externos se ve claramente el error del piloto. En una condiciones meteorológicas desfavorables, giró hacia la derecha de la pista y, con mucha niebla, buscó la pista con la vista hasta el último minuto, (pero) no la encontró», explicó Ivanov, en Francia, donde se encuentra de visita con el primer ministro, Vladimir Putin.
Ivanov, responsable de la supervisión de la industria de la aviación de Rusia, aseguró que este accidente, ocurrido en la ciudad de Petrozavodsk, se parece al que se produjo en abril del 2010 en la ciudad de Smolensk (noreste de Rusia) cuando se disponía a aterrizar el avión en el que viajaba una delegación de altos cargos políticos y militares polacos. Todos los ocupantes murieron, entre ellos el entonces presidente de Polonia, Lech Kaczynski.
Un representante de Rusair, compañía que se especializa en vuelos chárter de lujo dentro y fuera de Rusia a la que pertenecía el Tu-134 siniestrado, aseguró a la agencia Interfax que contaba con información acerca de que la señalización lumínica de la pista de aterrizaje podría haberse apagado unos instantes durante el descenso aparato. «El avión estaba en perfecto estado y con sus tanques repletos de combustible. La gran incógnita que tendrá que despejar la comisión investigadora es por qué el Tu-134 enfiló hacia la carretera, y no hacia la pista», agregó.
El avión se estrelló minutos después de la medianoche en una carretera apenas a dos kilómetros de su punto de destino, el aeropuerto de Petrozavodsk, capital de la república rusa de Karelia, fronteriza con Finlandia. El Tu-134 había despegado una hora y media antes desde el aeropuerto moscovita de Domódedovo. El trazado de la carretera donde se estrelló el birreactor es perpendicular a la pista de aterrizaje del aeropuerto de Petrozavodsk.
Los restos del avión quedaron diseminados sobre la carretera en un radio de decenas de metros, informó desde el lugar del accidente la agencia rusa Interfax. Según las autoridades de Karelia, para la identificación de 33 de las 44 víctimas mortales se requerirá efectuar análisis comparativos de ADN.
Abordo del Tu-134 había cuatro extranjeros -un sueco, un holandés y dos ucranianos- y otras cuatro personas con doble ciudadanía ruso-estadounidense, los cuales fallecieron en el accidente, según el parte del Ministerio de Rusia para Situaciones de Emergencia.
Entre los ocho supervivientes se encuentran dos niños, de 9 y 14 años, y una azafata, el único de los nueve miembros de la tripulación que salió con vida del accidente. El jefe del centro de medicina de catástrofes del Ministerio de Sanidad, Serguéi Goncharov, indicó que seis de los heridos están en condiciones de ser trasladados a Moscú para seguir tratamiento en clínicas especializadas de la capital rusa
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