08/09/2011
(Infodefensa.com) Madrid – El Consejo de Ministros tiene previsto aprobar hoy la compra de 96 nuevos vehículos blindados especialmente diseñados para resistir los ataques con minas y artefactos explosivos improvisados (IED). El importe de la adquisición será de 42,6 millones de euros y los vehículos se destinarán a Afganistán y Líbano.
Concretamente, se comprarán 76 MLV Lince de escuadra (cinco ocupantes), de fabricación italiana, por 16,5 millones, y 20 RG-31 Nyala de pelotón (nueve ocupantes), de origen sudafricano, por 26,1, informa el diario El País.
El Estado Mayor de la Defensa estima que con estos vehículos se completarán las necesidades del contingente español en Afganistán, que se considera el más expuesto a los ataques de minas e IED, y podrán empezarse a cubrir las de Líbano.
Hasta el momento, el Ministerio de Defensa ha adquirido, por unos 194 millones, un total de 270 Lince y 130 RG-31, de los que se han enviado a Afganistán 147 del primer tipo y 78 del segundo. Los restantes son utilizados en España para la instrucción de los conductores y mecánicos que deben utilizarlos en zona de operaciones.
En un principio estaba previsto que estos blindados se repartieran entre Afganistán y Líbano, pero la proliferación de ataques con IED por parte de los talibanes y el hecho de que el número de militares desplegados en el país centroasiático pasar de 800 a 1.500 llevó al Estado Mayor a posponer el refuerzo en Líbano, donde operan 1.100 soldados junto a la frontera con Israel.
Sin embargo, en los últimos meses se han deteriorado las condiciones de seguridad de la Fuerza Interina de Naciones Unidas en Líbano (UNIFIL), mandada por el general español Alberto Asarta, aunque el contingente español no se ha visto afectado por ningún ataque.
Según recoge El País, fuentes del Estado Mayor de la Defensa estiman que la situación sigue siendo más peligrosa en Afganistán que en Líbano y recuerdan que los dos ataques que se han realizado contra UNIFIL se produjeron fuera de la zona de operaciones y con artefactos en los márgenes de la carretera y no enterrados, por lo que sus efectos fueron menores. No obstante, reconocen la necesidad de equipar a las tropas en Líbano con vehículos antiminas en cuanto sea posible.
El pasado 26 de junio perdieron la vida los soldados Manuel Argudín y Niyireth Pineda cuando circulaban en un Lince a unos 20 kilómetros de la base afgana de Qala-i-Naw. Una semana antes, otros cinco soldados, que también viajaban en unLince, resultaron gravemente heridos al estallar una mina en la ruta Lithium. Según los expertos, los efectos se debieron a la gran cantidad de explosivo utilizada (más de 15 kilos en el primero y más de 30 en el segundo), y ante esto no existe blindaje suficiente, pero Defensa sostiene que los nuevos blindados han evitado que se produjeran bajas mortales en siete ataques anteriores, finaliza El País.
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