El jefe del Estado Mayor ruso , general Nikolái Makárov, ha vertido una controvertida crítica, según informa la agencia rusa Ria Novosti, al armamento de factoría rusa, afirmando que sus características eran inferiores a los modelos extranjeros. En concreto, se refirió a los tanques T-90, las lanzaderas múltiples "Smerch" y a los satélites de reconocimiento electrónico.
Completando el cuadro, el Comandante del Ejército de Tierra de Rusia, general Alexandr Póstnikov, afirmaba por su parte que el "armamento que produce la industria rusa, como blindados, artillería y armas de tiro, no corresponde por sus parámetros a las armas de la OTAN ni de China".
Las duras declaraciones de ambos han tenido una respuesta inmediata del jefe del Gobierno ruso, Vladímir Putin, quien los tachó de inadmisibles y afirmó que " perjudican el comercio desarrollado en el marco de la cooperación técnico-militar de Rusia". Putin, declaró asimismo que más del 90% de los fondos asignados por el Gobierno para la compra de armamento corresponderá a las empresas rusas y no extranjeras.
El nuevo programa federal de armamento, informa Ria Novosti, aprobado hasta 2020, prevé la asignación de 670.000 millones de dólares . Conforme al programa, deberá ser moderno al menos el 70% del armamento que sería incorporado a las tropas para 2020.
Los militares rusos , sin embargo, han mostrado hasta ahora una actitud de no aceptación del armamento y material bélico fabricado por las empresas nacionales cuando no han estado satisfechos con su calidad. En Rusia, hasta hoy, el proceso de adquisición de armamento no está vinculado con el proceso de su fabricación por empresas nacionales
El departamento militar de Rusia compró , de hecho, portahelicópteros Mistral en Francia, aviones no tripulados en Israel o carros blindados IVECO en Italia, tras criticar los tanques de fabricación nacional, incluso llego a anunciar que “sería mejor adquirir carros de combate alemanes Leopard”.
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