SIRTE - Las nuevas autoridades libias, que se esfuerzan en vano desde hace semanas de apoderarse de los últimos bastiones fieles al ex dirigente Muamar Gadafi, han sido amonestadas por el maltrato que dan a sus prisioneros.
A pesar de una ofensiva que dura ya dos semanas, los combatientes del Consejo nacional de transición (CNT) seguían enfrentándose en Sirte a la enconada resistencia de la fuerza pro-Gadafi, que le impide poner pie en esta ciudad costera situada 360 kilómetros al este de Trípoli.
En Bani Walid, otro feudo pro-Gadafi a 170 kilómetros al sureste de la capital, los combatientes pro-CNT, instalados desde hace un mes en los alrededores de este vasto oasis de relieve accidentado, no conseguían avanzar, a pesar de un mes de combates que han dejado 40 muertos en sus filas.
Graves denuncias
Paralelamente, la organización de defensa de los derechos humanos Human Rights Watch (HRW) llamó a las nuevas autoridades libias a poner fin a las detenciones arbitrarias y a los malos tratos aplicados a los prisioneros desde la caída de Muamar Gadafi.
Esta organización de defensa de los derechos humanos con sede en Nueva York visitó 20 instalaciones penitenciarias en Trípoli e interrogó a 53 prisioneros.
"Los detenidos dieron cuenta de malos tratos a seis prisioneros, indicando en particular que fueron apaleados y que recibieron choques eléctricos. Algunos de ellos mostraron cicatrices para apoyar sus acusaciones. Ninguno de ellos ha sido presentado a un juez", denunció HRW en un comunicado.
"Con la ayuda de sus apoyos internacionales, el CNT debe instalar sin tardar un sistema judicial capaz de tratar la situación de todos los prisioneros, un objetivo al cual no se ha dado bastante prioridad", estimó esta organización.
Miles de arrestados
Según HRW, miles de personas han sido detenidas desde la caída del ex hombre fuerte de Trípoli, Muamar Gadafi, a fines de agosto, en particular libios negros o africanos de las regiones del sur del Sahara sobre quienes pesan acusaciones de haber combatido junto a las fuerzas leales a Gadafi.
En el terreno, los pro-CNT controlan el puerto y el aeropuerto de Sirte pero aún no consiguen consolidar sus posiciones en el resto de la ciudad.
Según fuentes médicas, un combatiente del CNT fue muerto y otros once quedaron heridos durante combates el viernes, los más violentos desde hace una semana.
Planes inmediatos
De acuerdo con un comandante, Mustafá ben Dardef, los combatientes de los frentes este y oeste de Sirte celebraron una reunión el viernes para discutir un "asalto final" cuya fecha aún no fue precisada.
En medio de los combates, los civiles son particularmente vulnerables desde que las nuevas autoridades libias lanzaron su ofensiva.
Según un responsable del CNT, el viernes unos mil civiles consiguieron huir de esta ciudad de 70 mil habitantes.
Según la Medialuna Roja, hasta el miércoles, más de 18 mil personas habían huido de Sirte y unas 25 mil de Bani Walid.
Italia toca puertas
El ministro italiano de Relaciones Exteriores, Franco Frattini, llegó el viernes a Trípoli para garantizar la perennidad de los lazos diplomáticos y económicos entre Italia y su ex colonia.
Frattini anunció la puesta a disposición del CNT de 2.500 millones de euros de haberes libios congelados y estimó que el gasoducto Greenstream, entre Libia e Italia, podría volver a funcionar a fines de octubre.
Otro signo de la reanudación de vínculos entre los dos países, la compañía aérea Alitalia anunció que reinicio a partir del 2 de noviembre de sus vuelos regulares hacia Libia.
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