Arabía Saudí ha anunciado que retirará a sus observadores de la misión que la Liga Árabe desarrolla en Siria para auditar el plan firmado con el régimen de Bachar el Asad. Riad ha argumentado que los trabajos del organismo panárabe han fracasado y no han cortado la violenta represión con la que el Gobierno ha respondido a la revuelta iniciada hace 10 meses. "Mi país retirará a los observadores porque el Gobierno sirio no ha cumplido ninguno de los elementos del plan árabe", ha manifestado el príncipe Saud al Faisal.
El comité ministerial de la Liga que sigue la crisis en Siria ha propuesto por su parte al organismo panárabe que prolongue su misión de observadores. La primera etapa de esa misión finalizó el pasado jueves. Tras analizar el informe elaborado por el jefe de los monitores, el general sudanés Mohamed al Dabi, el comité ha planteado alargar un mes más las labores de observación y reforzar el equipo de trabajo, aunque no de forma indefinida.
La propuesta tendrá que ser hoy supervisada por los ministros de Exteriores de la Liga reunidos en El Cairo (Egipto), que se presume darán su aprobación. La prolongación de la misión tendrá que contar también con el visto bueno del régimen dirigido por Bachar el Asad. Las tareas desarrolladas por el equipo del organismo panárabe, formado por 165 observadores, ha recibido numerosas críticas desde dentro y fuera de Siria por la tibieza con la que han visitado algunos de los puntos claves de la insurrección contra el Gobierno, como Deraa, Idlib, Homs o Hama.
Precisamente, los Comités de Coordinación Locales de Siria, que trabajan desde el terreno, han informado de que 976 personas, entre ellas 54 niños, han muerto desde la llegada del primer equipo de observadores de la Liga Arabe el pasado 22 de diciembre para evaluar la situación en el país, según recoge este domingo la cadena panárabe Al Yazira.
Mientras tanto, el Observatorio Sirio de Derechos Humanos ha anunciado que grupos de desertores del Ejército han tomado el control de Duma, a 20 kilómetros de Damasco y uno de los bastiones de contestación al presidente Bachar el Asad. Los grupos de oposición informaron ayer de la muerte de otras 60 personas en otra jornada de violencia, la mayoría en la provincia occidental de Idlib. La última cifra de muertos ofrecida por Naciones Unidas sitúa en más de 5.000 las víctimas mortales en los 10 meses de revuelta contra El Asad, un cálculo muy corto según los datos de la oposición
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