19.01.2012, 16:22
La visita del secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, a Lituania, Estonia y Letonia (19-20 de enero) adquiere importancia especial para Bruselas. Según la información disponible, el alto funcionario lleva la intención de discutir, antes que nada, las relaciones entre Rusia y la OTAN en materia de defensa antimisiles (DAM). Hablando más concretamente, los planes de Moscú de emplazar en la provincia de Kaliningrado (enclave ruso sobre el Báltico) sistemas de misiles Iskander en respuesta al despliegue en Europa de la DAM estadounidense. Comenta el tema Piotr Iskendérov.
Esta situación tiene cierta similitud con las diferencias que hace varios años tuvieron EEUU y Polonia. Entonces, los dirigentes polacos trataron de aprovechar para sus propios intereses las controversias entre Moscú y Washington sobre la DAM para modernizar el ejército nacional mediante los suministros de novísimos sistemas de misiles antiaéreos estadounidenses Patriot. Como argumento los polacos adujeron la supuesta amenaza que representaban los sistemasIskander rusos. Se llegó a un acuerdo sobre los Patriot, pero Washington renunció a asignar una suma descomunal para la modernización de las Fuerzas Armadas de Polonia (algunas fuentes mencionaron 20.000 millones de dólares). La renuncia de Obama a emplazar en Polonia los misiles interceptores suavizó un poco la situación.
Y ahora pasa casi lo mismo, sólo que en vez de Polonia, el Pentágono tiene planes de emplazar elementos de la DAM en el norte de Europa, incluyendo el Mar Báltico. Para Rusia esta situación puede entrañar un peligro mucho mayor que el emplazamiento de los misiles interceptores en Polonia y de un radar en la República Checa (que no llegó a realizarse), destaca en entrevista a la emisora La Voz de Rusia el subdirector del Instituto de Análisis Político y Militar de Rusia, Alexander Jramchijin:
–Teóricamente, el emplazamiento de buques estadounidenses en el norte de Europa afecta en mayor medida los intereses de Rusia. De momento, no está claro cómo enfoca este problema el propio Washington, pues el despliegue de sistemas de cohetes interceptores en buques de superficie supondrá gastos aun mayores. En suma, de momento es prematuro hablar de los parámetros de una hipotética confrontación entre EEUU y Rusia en el área del Mar Báltico.
No obstante, Lituania, Estonia y Letonia ya están dispuestas a actuar. A juzgar por todo, la OTAN tendrá que jugar una especie de gambito en el Báltico para mantener la unidad de la OTAN y, al mismo tiempo, no asumir compromisos costosos. Según el periódico letón Telegraf, Rasmussen se propone discutir con sus interlocutores bálticos la iniciativa denominada en inglés como Smart Defence (Defensa inteligente) que permitirá aprovechar al máximo su potencial defensivo con una financiación limitada. Y, desde luego, procurará persuadir de su eficacia a los máximos dirigentes de Lituania, Estonia y Letonia.
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