Buenos Aires. El canciller argentino, Héctor Timerman, realizó ayer ante la ONU una amplia denuncia contra Gran Bretaña por la militarización del Atlántico Sur y advirtió la introducción de material nuclear en la zona, lo cual fue admitido por Londres.
El funcionario nacional se reunió con el secretario General de la organización, Ban Ki-moon, quien le propuso transformarse en mediador en el conflicto por la soberanía de las Islas Malvinas.
Por otro lado, la Argentina consiguió ayer el respaldo del titular de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza. Tras reunirse con Ban Ki-moon, el canciller mantuvo encuentros con el presidente de la Asamblea General, Abdulaziz Al-Nasser, y con el presidente del Consejo de Seguridad, Kodjo Menam. En una jornada maratónica, Timerman también se reunió con el titular del Comité de Descolonización, el cubano Pedro Mosquera.
Según informó su despacho, Ban Ki-moon reiteró que permanece “disponible si ambos países lo requieren”, tras pedir una solución de las diferencias “de manera pacífica y a través del diálogo”. Timerman aceptó la propuesta de Ban Ki-moon de ser mediador en el conflicto. “Nos manifestó cuán importante es el rotundo apoyo que tiene Argentina en la región”, sostuvo y agregó que eso “da mucha fuerza a la cuestión para que se resuelva en forma pacífica”.
En una conferencia de prensa, Timerman describió el poderío militar británico en la zona de Malvinas al nombrar el submarino nuclear con capacidad de transportar armamento nuclear que el Reino Unido envió, según varias denuncias periodísticas inglesas, y aclaró que ante esta noticia, la Argentina y otros países de la región pidieron que la potencia del Norte confirme o niegue esa versión. “Hasta el día de hoy no hubo respuesta alguna”, afirmó el canciller, que no dudó en reconocer que “el Atlántico Sur es el último refugio de un imperio en decadencia”, en referencia a Gran Bretaña.
“No es la primera vez”. El canciller argentino, que viajó a Nueva York con expresas instrucciones que le dio la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, se refirió concretamente al submarino Vanguard, del que mostró fotografías a la prensa, y subrayó que “Argentina no va a aceptar que exista armamento nuclear en la zona de influencia de América latina”.
“Ellos (el Reino Unido) han introducido armas nucleares en el Atlántico Sur y no es la primera vez”, dijo ante la prensa Timerman, que acusó a Londres de violar el Tratado para la Proscripción de las Armas Nucleares en América Latina y el Caribe (Tlatelolco) de 1967.
Además, nombró al MS Dauntless, el destructor más moderno de la marina real británica, que partió rumbo a Malvinas y con ello denunció que Gran Bretaña cuadruplicó su poderío naval en el sur. También denunció la utilización de modernos aviones, como el Typhoon 2, de una quinta generación, como los que operan en Irak y Afganistán, además de poseer los modernos misiles Taurus, con un alcance de 500 kilómetros, capaces de “atacar hasta el sur de Brasil”.
“Desde las Malvinas pueden atacar buena parte de Chile, todo Uruguay y hasta el sur del Brasil”, afirmó Timerman, quien consideró que “Gran Bretaña es la potencia militar por excelencia en el Atlántico Sur” que “controla no sólo el tráfico de ingreso al Atlántico Sur sino todo el tráfico marítimo y aéreo que hay entre América del Sur y Sudáfrica”.
Otra de las frases duras del canciller fue: “La infundada defensa por el Reino Unido de la autodeterminación de los 2.500 isleños no es más que una excusa para el establecimiento de una poderosa base militar que sirva a sus intereses estratégicos en el Atlántico Sur”.
El Reino Unido rechazó de inmediato las acusaciones a través de su embajador ante la ONU, Mark Lyall Grant, quien también brindó una conferencia de prensa.
Londres niega todo. Grant calificó de “absurdas” las denuncias sobre una militarización del Atlántico Sur, pero admitió la introducción de armas nucleares en la zona de conflicto al decir que “no hacemos declaraciones sobre la disposición de armas nucleares”.
“Todos saben que los submarinos nucleares (británicos) dan la vuelta al mundo. Por eso son un elemento disuasivo”, explicó, dando por cierta la posibilidad de que cerca de Malvinas haya un submarino con armamento nuclear.
“Nosotros no queremos agravar la retórica, pero si alguien trata de aprovecharse del 30° aniversario de la guerra de las islas, obviamente defenderemos robustamente nuestra posesión”, advirtió el diplomático británico y consideró “hostil” la Constitución argentina de 1994, que ratifica la soberanía sobre las Malvinas.
Respaldo de la región
Timerman agradeció a los representantes de El Salvador, Ecuador, Costa Rica, Perú, Guatemala, Brasil y Chile por su presencia en la sala de conferencias, cuando explicó ante la opinión pública las denuncias contra Gran Bretaña, y remarcó que “una de las fortalezas de Argentina es el apoyo unánime para conservar la paz en el Atlántico Sur por parte de los países hermanos”.
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