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lunes, 6 de febrero de 2012

Los pingües negocios de Rusia con Damasco


Siria absorbe el 10% de las armas que Moscú exporta: es su quinto cliente más importante y el principal entre los países de Oriente Próximo. En los últimos tres años, Rusia se ha embolsado la nada despreciable cifra de 3.800 millones de dólares (unos 2.900 millones de euros) gracias a sus ventas de armas a Siria. El gran país eslavo mantiene además una importante presencia militar en el puerto sirio de Tartús: es la última base naval de Rusia fuera de sus fronteras sin contar la histórica de Sebastopol en Crimea (Ucrania).

Estas son poderosas razones que afianzan los vínculos entre los dos países, pero no son las únicas. En vísperas de las próximas elecciones presidenciales, el primer ministro, Vladímir Putin, teme dar imagen de debilidad ante sus compatriotas, en un país donde todavía hay una fuerte corriente de antiamericanismo. Parecido temor al que albergaría ante la cúpula militar.

Las relaciones entre Moscú y Damasco fueron magníficas durante la época soviética. Fue entonces, en los años 70, cuando se firmó el acuerdo para la base de Tartús. Desde entonces el flujo de armas rusas hacia el país árabe no ha cesado. El Ejército sirio ha comprado aviones de combate, helicópteros, tanques, misiles y armas ligeras. Una de las últimas adquisiciones de Al Assad han sido 36 aviones Yak-130 para entrenamiento de los pilotos de sus cazas.

Esta transacción, sin embargo, no deja de ser muy «arriesgada», ya que, según el director del Centro de Análisis de Estrategias y Tecnologías, Ruslán Pújov, «las garantías de pago en el momento actual por un régimen tan frágil son inciertas». Aunque Evgueni Satanóvski, presidente del Instituto de Oriente Próximo, asegura que, más allá de vender armas, lo que Rusia pretende es «evitar un escenario apocalíptico en la región». «No se trata de defender al régimen sirio, sino de preservar la estabilidad», afirma.Pújov

Por otro lado, las revoluciones de terciopelo de Georgia, Ucrania y Kirguistán —que en parte se parecían a las revueltas árabes— causaron a Putin alergia crónica a los levantamientos populares. Y con gran dramatismo, la oposición no deja de advertirle que podría acabar como Ben Alí, Mubarak o Gadafi.
http://www.abc.es/

2 comentarios:

Anónimo dijo...

ESTUPIDECES, SE TRATA DE FRENAR A LA OTAN Y SUS VASALLOS DE LA OTAN EN SU AVANCE SOBRE LOS RECURSOS DE EUROASIA, OCCIDENTE ESTA DESESPERADO PORQUE EUROPA ESTA HUNDIDA Y USA EN BANCARROTA TOTAL.. POR ESO LA ALIANZA DE RUSIA Y CHINA ESTAN FRENANDOLOS HASTA QUE SE DESPLOMEN SOLITOS COMO VERDADEROS GIGANTES CON PIES DE BARRO..

JOSE dijo...

Bueno como europeo, creo que ese desplome me afectaría bastante a mi bolsillo; acabamos pagando los de a pie los errores de nuestros políticos, eso es un hecho.

No obstante, sin quitarte la razón, una cosa parecida ocurrió en Libia donde los rusos perdieron un importante contrato de armamento, y creo que en Siria pasaría otro tanto. Lo de formar un bloque potente contra el neoliberalismo a ultranza y desbastador, sin duda que los apoyo: no doy por sentado que Siria se mantenga, pero creo que las posturas de ambas potencias deben de ser firmes en sus determinaciones, ya que el ejemplo del resultado lo tenemos en Libia, donde, aunque no sea portada de los periódicos y televisiones, existe un guerra civil abierta que no sabemos como terminará ni cuando.

salu2 y gracias