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El embajador ruso ante la ONU, Vitaly Churkin, acusó a las autoridades de Libia de permitir la existencia de un campamento en su territorio donde se entrenan a grupos rebeldes sirios que luego son enviados de vuelta a su país para perpetrar atentados contra las autoridades.
"Hemos recibido informaciones de que en Libia, con apoyo de las autoridades, existe un centro especial de entrenamiento para revolucionarios sirios", dijo Churkin en el Consejo de Seguridad, donde añadió que, desde esos campamentos, se mandan a rebeldes a Siria "para atacar al Gobierno legal".
El diplomático ruso aseguró que la existencia de ese campamento es "algo totalmente inaceptable bajo todas las leyes y menoscaba la estabilidad de toda la región", al tiempo que aseguró que Al Qaeda actúa también en estos momentos en Siria para acabar con el régimen de Bachar al Asad. "Se debería garantizar que la exportación de la revolución no conlleva la exportación del terrorismo", dijo Churkin en presencia del primer ministro libio, Abderrahim al Kib, quien intervino en una sesión del Consejo de Seguridad en la que se analizó la situación en Libia a punto de cumplirse un año de la resolución que permitió el uso de la fuerza para frenar al régimen de Muamar el Gadafi.
Al Kib no respondió a las acusaciones del embajador ruso sobre los rebeldes sirios, pero sí arremetió contra Churkin después de que éste pidiera que "la OTAN reconozca que su intervención en Libia causó muertes entre civiles, pida disculpas y pague una compensación apropiada por ello". Churkin apeló a la responsabilidad del Gobierno libio en ese sentido e incluso pidió a la ONU que elabore un comunicado conjunto con la OTAN para dar por finiquitado el asunto.
"Este asunto, que atañe a la sangre de los libios, no se debería usar como propaganda política", aseguró el primer ministro libio, quien insinuó además que la fijación de Moscú por investigar el asunto se debe a su interés por evitar que la comunidad internacional actúe en Siria. "Espero que la razón que tenga Rusia para sacar a relucir este asunto no sea impedir que la comunidad internacional interfiera en la situación de otros Estados donde la población está siendo masacrada y asesinada a manos de sus gobernantes", dijo Al Kib en una clara referencia a Siria y a la oposición de Rusia en el Consejo de Seguridad a aprobar una resolución contra Damasco.
La OTAN, amparada por una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU para proteger a la población civil de la represión, organizó a finales de marzo de 2011 una operación para imponer un bloqueo naval y una zona de exclusión aérea en Libia, que fue clave para que los rebeldes acabaran con el régimen de Gadafi.
En el marco de esa operación fallecieron algunos civiles, lo que Rusia ha usado desde entonces para criticar la resolución de la ONU que aprobó el uso de la fuerza, a la que Moscú no se opuso, y que ahora emplea para oponerse a una reacción del Consejo sobre la situación de violencia en Siria.
El asunto recibió la atención de la comisión de investigación que la ONU, que la pasada semana dictaminó que la Alianza Atlántica cumplió con la legalidad internacional e hizo todo lo que pudo para evitar bajas civiles durante el conflicto. "La OTAN desarrolló una campaña muy precisa y demostró determinación para evitar bajas civiles", respondió a Churkin la embajadora estadounidense, Susan Rice, en el Consejo de Seguridad, donde los representantes de Francia y Alemania coincidieron en sus afirmaciones, mientras que China salió en defensa de Moscú.
Además de esta sesión del Consejo, Abderrahim al Kib participó en un panel sobre la transición en Libia en el Instituto Internacional por la Paz en Nueva York, donde reconoció que Siria atraviesa "una situación análoga" a la que vivía Libia hasta la entrada en acción de la comunidad internacional.
Al Kib dio su respaldo al Consejo Nacional Sirio (CNS), la principal plataforma opositora del país, y lamentó si hay quienes ponen a Libia y su revolución como "el problema para que la revolución siria salga adelante". "Definitivamente el objetivo (de la comunidad internacional) debe ser ayudar a la población siria a ganar su libertad, así que apoyamos cualquier forma en la que se decida hacerlo", aseveró el primer ministro libio.
Rusia y China han evitado ya en dos ocasiones que el Consejo de Seguridad emita una resolución de condena a Damasco, pero las potencias occidentales y los países árabes no se dan por rendidos y continuaron las reuniones en la ONU para tratar de recabar apoyos a una nueva propuesta con sello de Estados Unidos.
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