El secretario de Defensa norteamericano, Leon Panetta, ha concluido hoy una visita oficial a Vietnam en la que discutió con las autoridades de ese país futuros acuerdos de cooperación militar para garantizar la seguridad de la última nación que derrotó a Estados Unidos en una guerra. Esos acuerdos forman parte de una apuesta estratégica por la que, según ha anunciado el jefe del Pentágono, la mayor parte de la flota estadounidense será trasladada a la región Asia-Pacífico en la próxima década.
Durante su presencia en Vietnam, Panetta visitó el puerto de Cam Ranh Bay, donde estuvo establecida una de las principales bases de abastecimiento de las fuerzas militares norteamericanas en los años de combate contra el Vietcong, y donde ahora se encuentra atracado otra vez el buque de guerra USNS Richard E. Byrd. El secretario de Defensa trató con el Gobierno de Vietnam la posibilidad de nuevas visitas de buques estadounidenses y otra serie de acciones conjuntas que ambos países prefieren todavía llamar “actividades” en lugar de “maniobras” para evitar su resonancia militar.
Panetta trató con el Gobierno de Vietnam la posibilidad de nuevas visitas de buques estadounidenses
Tanto Vietnam como EE UU son conscientes de la atención con la que China, que mantiene un disputa territorial y años de tensiones y conflictos con Vietnam, ha seguido la visita de Panetta a Hanoi. La misma que Pekín presta a toda la gira de nueve días que el secretario de Defensa realiza por Asia.
EE UU no quiere plantear esta gira como un esfuerzo de contención del posible expansionismo de China. “Lo niego por completo”, ha declarado Panetta. El interés de EE UU en la región “es completamente compatible con el desarrollo y el crecimiento de China; de hecho, el aumento de la presencia norteamericana beneficiará a China”, ha asegurado.
Ese aumento, que ha ya empezado, se completará en menos de una década, cuando la mayoría del despliegue naval estadounidense esté concentrado en Asia. “Para 2020”, dijo el sábado Panetta en Singapur, “las fuerzas que hoy tenemos repartidas aproximadamente en un 50%-50% entre el Pacífico y el Atlántico, pasará a ser del 60-40 en esos océanos”.
EE UU no quiere plantear esta gira como un esfuerzo de contención del posible expansionismo de China
Los movimientos militares empezaron el pasado mes de abril con la llegada al puerto australiano de Darwin de un primer contingente de marines de una fuerza estable de unos 2.500 que permanecerá en ese país. “Que nadie se equivoque, EE UU está rebalanceando y mejorando sus recursos militares en esta región vital de una forma deliberada, constante y sostenible”, ha explicado el jefe del Pentágono en esta gira.
Además del pulso de largo plazo con China, que seguramente dominará el escenario estratégico internacional durante varias décadas, EE UU tiene fuertes inmediatos que proteger en el área. Uno de ellos es la seguridad del mar del Sur de China. Según el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, por ese paso cruzan cada año más de cinco billones de dólares del comercio mundial, de lo que una quinta parte es del comercio de EE UU.
Es uno de los puntos esenciales para el desarrollo de la economía mundial, pero también un lugar en permanente riesgo de conflicto por las tensiones históricas entre los países que lo comparten, entre ellos Vietnam y Filipinas, dos de los principales blancos de la actual iniciativa estratégico-militar de EE UU.
No es probable, por ejemplo, que se autoricen en el Capitolio ventas de armas a Vietnam antes de las elecciones norteamericanas de noviembre
Esa iniciativa tiene, no obstante, algunos límites económicos y políticos. Por un lado se produce en un momento en que el Pentágono está reduciendo su presupuesto, lo que obliga a efectuar aún más drásticos recortes en otras áreas si se quiere potenciar la presencia en Asia-Pacífico. Además, esta apuesta se ve condicionada por la resistencia del Congreso a aprobar intercambios militar con países que violan los derechos humanos. Pese a todas las promesas hechas en privado por Panetta en Hanoi, no es probable, por ejemplo, que se autoricen en el Capitolio ventas de armas a Vietnam antes de las elecciones norteamericanas de noviembre.
El pasado mes de enero los senadores John McCain y Joseph Lieberman, los más influyentes en materia de seguridad nacional, visitaron, precisamente, Vietnam y Filipinas, donde recibieron las demandas de asistencia militar de esos países, ambos temerosos de la creciente sombra de China.
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