Oficiales estadounidenses acusaron el martes a uno de los máximos funcionarios militares en Afganistán de haber intentado encubrir un escándalo ocurrido en un hospital militar de Kabul para no enviar "malas noticias" en un momento en que Estados Unidos celebraba elecciones.
El caso se remonta a 2010, cuando oficiales estadounidenses mostraron su preocupación por un desvío de fondos del hospital militar Dawood de Kabul, gestionado por los afganos, y de la falta de tratamientos para los heridos del ejército local.
Los oficiales interrogados por una comisión de vigilancia de la Cámara de Representantes afirmaron haber sido disuadidos en 2010 de informar a los servicios de inspección general del Pentágono de los problemas del hospital por el general William Caldwell, quien dirigía la misión de entrenamiento de las fuerzas de la OTAN en Afganistán.
"El general no quería que emanaran de su cuartel general malas noticias antes de la elección", explicó a los legisladores el coronel Gerald Carozza, un jurista jubilado del Ejército.
"El general, como demasiados generales, estaba demasiado preocupado por el mensaje, creando un clima asfixiante para los que debían enfrentar la realidad", explicó el coronel Carozza.
La acusación contra el general Caldwell, referente al periodo de elecciones parlamentarias de noviembre de 2010, sacude tanto a representantes demócratas como a republicanos en este año electoral, en el que el presidente Barack Obama buscará la reelección.
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