27 de noviembre de 2012 Dmitri Litovkin, en exclusiva para Rusia Hoy
El Sukhoi "Su-35", un avión de combate polivalente, altamente maniobrable. Fuente: Sukhoi
Rusia busca nuevos mercados de venta de armas y equipos militares. A menudo invadiendo la esfera de intereses de los tradicionales jugadores: los países de Europa Occidental y EE UU.
El desarrollo de las relaciones técnico-militares con los países del Golfo Pérsico debe como un área no tradicional de presencia rusa. Y si bien no se puede hablar de contratos de miles de millones de dólares, el propio hecho de la presencia de Moscú en esta región, ya es un gran logro.
“Los países de esta zona están divididos en tres grupos: los primeros son aquellos Estados que la Unión Soviética apoyó por razones ideológicas; los segundos, aquellos con quienes hemos tenido un contacto limitado; y los terceros, aquellos con los que todavía no tenemos manera de mejorar las relaciones por las mismas razones políticas de siempre”, dice el director del Centro de Análisis de Estrategias y Tecnologías, Ruslán Pujov.
Según los expertos, el primer grupo de países se incluyen Irán, Irak, Siria y Yemen; el segundo: los Emiratos Árabes Unidos, Kuwait y Bahréin, y el tercero: Arabia Saudí y Qatar.
Los mercados de estos países resultan para Moscú muy prometedores en caso de que se produzca una reducción gradual del ritmo de cooperación técnico-militar con China y la India, países que suponen el mayor volumen de exportación de la compañía Rosoboronexport. Solo en este año, estaempresa estatal logró ganar 13.000 millones de dólares.
En la actualidad Moscú participa activamente en prácticamente todos los salones técnico-militares que se llevan a cabo en los países del Golfo Pérsico.
La gama principal de las armas que se presentan son las últimas armas de combate rusas multifunción Su-35 y MiG-35, la de entrenamiento Yak-130, la de combate MiG-29 SMT y Su-30MK2, el interceptor de altura MiG-31E, el avión de transporte militar Il-76MF, helicópteros de combate Ka -52, Mi-28N y Mi-35M, Mi-26, y de transporte, Mi-171Sh.
Además, los productores rusos de equipos de defensa proponen un sistema de defensa antiaérea Pantsir y los C-400 Triunf, armas de fuego para las fuerzas especiales.
A pesar de la amplia gama de propuestas, la posición económica de Rusia en la región no es como se quisiera. Ruslán Pujov destaca que la cooperación con Teherán casi se vino abajo debido a las sanciones internacionales.
En este sentido, Bagdad firmó un contrato para la compra de las armas rusas más avanzadas por valor de más de 4 millones de dólares, lo que de un momento a otro anulará bajo presión al principal rival de Rusia, Estados Unidos.
En los últimos años Rusia, -dijo Ruslán Pujov-, trató insistentemente de conseguir una buena disposición del Gobierno iraquí, y para ello utilizó instrumentos políticos y económicos al alcance.
Es importante señalar que Rusia, al igual que Irak, apoya a Irán en materia de suministro de las fuerzas armadas sirias y la prestación de asistencia material a las autoridades de Siria.
Sin embargo, Estados Unidos, Arabia Saudí, Turquía y la mayoría de los países de Europa se oponen a ello.
Irak depende de la asistencia financiera de EE UU, pero en la cuestión iraní, no está preparado para hacer concesiones ya que precisamente el apoyo a Teherán permite mantener bajo control a los chiítas, representados en el Gobierno de coalición.
Sin embargo, Bagdad fácilmente puede negarse a cooperar con Rusia por temor a perder a Washington como poderoso patrocinador.
Actualmete en Irak, Moscú suministra una gama de nuevos sistemas de armas y equipos militares: el antibuque costero Bal, el sistema de misiles antiaéreos Pantsir, sistemas portátiles de defensa aérea Iglá y el sistema antitanque Kornet.
Por otra parte, la cooperación con el régimen de Bashar al-Assad no conllevó grandes beneficios económicos para Rusia.
En primer lugar, Siria es 'limitadamente solvente'. En segundo lugar, Damasco arruina gravemente la postura de Moscú con sus acciones. Proporciona, a pesar de los acuerdos, armas rusas a los grupos rebeldes en los países vecinos.
Entro otros, Rusia tuvo un conflicto con Israel, cuando el complejo antitanque Kornet, suministrado por Moscú a Damasco apareció entre las armas utilizadas por los rebeldes libaneses.
El apoyo de Moscú al régimen de Bashar al-Assad no favorece el desarrollo de la cooperación con Arabia Saudí y Qatar, los compradores más ricos de armas y de equipo militar en la región.
Aunque hay ejemplos de éxito de cooperación con los países del Golfo Pérsico. Por ejemplo, las relaciones con los Emiratos Árabes Unidos y Kuwait se desarrollan de manera dinámica.
Moscú y Abu Dabi consiguieron cerrar un contrato para construir uno de los sistemas antiaéreos más avanzados, con misiles y armas Pantsir, diseñado para proteger las instalaciones políticas, administrativas, económicas y militares más importantes de los ataques aéreos.
El lanzador puede colocarse de diferentes maneras: sobre ruedas, sobre cadenas de oruga, en el equipamiento naval o como instalación permanente. Incluye dos cañones automáticos de 30 mm que disparan explosivos rompedores y proyectiles.
Además, hay también un 'paquete' de dos bloques de seis misiles antiaéreos hipersónicos. El área de alcance es de 12 kilómetros, desde una altura de 5 metros. Una de las características importantes del sistema es que es el único en el mundo capaz de disparar a blancos en movimiento.
En Kuwait, Moscú colocó los automóviles de combate de infantería BMP-3. El gigante automovilístico ruso Kamaz alcanzó cierto éxito ya que proporcionó a la región 1.500 camiones militares y civiles. Considerables progresos se realizaron en Jordania.
Moscú y Amman formaron una empresa conjunta para producir el nuevo complejo ruso antitanques Jashim.
La particularidad de esta arma, a diferencia de las granadas de mano convencionales, es que consta de dos partes: un conjunto de arranque múltiple y una colección de cartuchos reutilizables y desechables.
Dependiendo de la situación de combate, Jashim permite utilizar o un perforante (contra un tanque o vehículos de combate de infantería), o unidades de combate termobáricas (contra la fuerza viva). El lanzagranadas abate con éxito blancos a una distancia de 700 metros.
Como destacó Ruslán Pujov, “a pesar de la existencia de toda una serie de limitaciones políticas, Moscú tratará de encont
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